Morelia.— Para la detención de David Domínguez Huerta, feminicida de Lucía Yuritzi Ugalde Hernández, tuvieron que pasar nueve meses y para que un juez le dictara sentencia, tres años.
De acuerdo con la autopsia, la joven profesionista fue asesinada en su departamento, entre la noche del 27 y la madrugada del 28 de marzo de 2019.
Fue gracias a que los familiares de la víctima alertaron a las autoridades que Domínguez Huerta se encontraba en un conocido casino de la capital del país, que el hombre pudo ser detenido el 20 de diciembre de ese año.
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Señalan error
El pasado 6 de abril, a tres años del asesinato de Lucía Yuritzi, el homicida fue condenado a 40 años de prisión y a la reparación del daño de una manera genérica e integral.
Sin embargo, para Ireri Ugalde Hernández, hermana de Lucía, la pena de prisión dictada al feminicida fue injusta.
“Enfrentamos la injusticia, por un error del legislativo en el Código Penal de Michoacán, donde determinó, en el artículo 120, la pena máxima por 50 años para quien comete el delito de feminicidio, pero olvidó cambiar el artículo 31, respecto a las penas, y por ello el Tribunal de Enjuiciamiento determinó darle 40 años de prisión”, expuso.
Al respecto, Tamara Sosa Alanís, titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas (Seimujer), expuso en su momento que “la decisión de los jueces de poner la pena de 40 años fue en razón a que el Código Penal del estado de Michoacán, en su artículo 31, establecía, al momento de la denuncia, 40 años de prisión como pena máxima. Es por ello que, de acuerdo a la irretroactividad en la ley, no se pudo otorgar los 50 años”.
Ireri Ugalde indicó que el proceso legal para enjuiciar al asesino de su hermana fue muy doloroso y extenuante.
“Enfrentamos un juicio desgastante y doloroso viendo fotos del levantamiento del cadáver y de la necropsia, escuchando el desahogo de cada prueba y escuchando los peritajes en los hechos”, explicó.
La hermana de Lucía consideró que “para las personas que somos víctimas [indirectas] de un feminicidio nos ha tocado enfrentar innumerables adversidades como las sociales, económicas, sicológicas, axiológicas, jurídicas, legales y con respecto a la violación de los derechos humanos”.
Una historia de violencia
Lucía Yuritzi Ugalde Hernández era licenciada en Mercadotecnia y contaba con dos maestrías. Además, cursaba la licenciatura en Ciencias de la Comunicación y en toda su carrera académica fue una destacada alumna.
La joven, de 36 años de edad, incursionó en el modelaje y fue conductora de televisión en un canal local, hasta que entró a trabajar a Grupo Posadas.
Josefina Hernández Pacheco, mamá de Lucía Yuritzi, narró que su hija conoció a David Domínguez Huerta en la universidad, donde empezaron su relación.
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Lucía Ugalde terminó la carrera y David ni siquiera acabó el primer año. Después de un tiempo finalizó la relación y posteriormente regresaron para casarse en el año 2016.
“Mientras Lucía se preparaba cada vez más académicamente y trabajaba, su esposo se dedicó a apostar en los casinos sin tener oficio ni beneficio”, contó Josefina Hernández.
Explicó que los problemas de la pareja eran cada vez más fuertes, porque Lucía era la única que trabajaba y sostenía los gastos de ambos; desde el sustento, hasta las deudas de David.
Al paso de dos años, Lucía decidió separarse de su esposo, quien se fue a vivir a casa de su madre, al tiempo que mantenía el acoso sobre ella.
En febrero de 2019, David llamó a Lucía para que lo acompañara a festejar su cumpleaños 36. En esa ocasión Lucía fue privada de la libertad por David, quien la mantuvo en un motel de la ciudad de Morelia. Durante ese tiempo la joven fue víctima de violencia física y sexual.
La mamá de Lucía narró que su hija le llamó al siguiente día para contarles lo que había pasado. Además de los golpes, el hombre intentó estrangularla.
A pesar de que sus familiares le insistieron en que presentara la denuncia, Lucía no quiso hacerlo y prefirió hablar con la mamá de David, quien prometió controlarlo.
La madre de la víctima platicó que su hija era muy callada y difícilmente les contaba el infierno por el que atravesaba, tal vez para no preocuparlos.
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El asesinato
La noche del 26 de marzo de 2019, Lucía Yuritzi salió de su trabajo a las 21:00 horas, como consta en las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Mientras, a esa misma hora, David compraba cervezas y carnes frías para preparar lo que sería la última cena de Lucía.
Ese miércoles fue el último en que Lucía, la menor de cuatro hermanos, tuvo comunicación con su familia y, en específico, con su madre, Josefina.
El cuerpo de la joven fue encontrado tres días después, luego de que su familia presentara la denuncia ante la fiscalía de personas desaparecidas y se activaran los protocolos.
Fue uno de sus hermanos quien pidió al personal investigador que fueran a buscar a su hermana a su departamento.
Al ingresar al domicilio, ahí estaba Lucía, ya sin vida, acostada boca arriba en su cama y con huellas de tortura. El asesino se había dado a la fuga y fue detenido nueve meses después en la Ciudad de México, gracias al trabajo de la familia de la joven.
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