Acapulco.— Eran las 10 de la mañana del 31 de enero de 2023. En la avenida Ejido policías ministeriales comenzaron la persecución de un taxi, manejado por dos jóvenes. De inmediato, el auto de alquiler tomó la avenida Constituyentes y, apenas a unas cuadras, los agentes lograron interceptarlos. Se dio un enfrentamiento a balazos y los jóvenes quedaron muertos en el taxi.

La persecución comenzó porque los agentes recibieron el reporte del robo de un taxi; lo vieron, le hicieron el alto, pero los jóvenes se negaron. Cuando los ministeriales hacían la revisión del taxi hallaron en la cajuela el cadáver de un hombre que tenía las manos atadas hacia atrás, con huellas de tortura.

Más tarde, al otro lado de la ciudad, en el poblado Las Plazuelas, fueron hallados en un terreno abandonado tres hombres asesinados. Los tres tenían balazos en la cabeza. Uno de ellos fue identificado como el director del grupo musical Acaboys.

Enero no pudo terminar de otra manera. Este es uno de los arranques más violentos que Acapulco ha experimentado en los últimos años.

Según recuentos periodísticos, en estos primeros 31 días de 2023 fueron asesinadas 71 personas. En enero de 2022, según un informe de la Secretaría de Seguridad Pública del puerto, fueron asesinadas 29 personas. La diferencia es abismal: 140% más crímenes en enero de un año a otro.

Este mes fue brutal a pesar de que se reforzó la seguridad. Hubo asesinatos en las zonas rurales, en el centro, en las colonias, en plena playa. La violencia tampoco discriminó: asesinaron a empresarios, comerciantes, vendedoras de aguas frescas, choferes, marinos y mandos policiacos.

Hubo días en que la violencia se convirtió en una carnicería, como el 9 de enero, cuando dejaron en la zona rural a cinco hombres desmembrados o como el 13, con cuatro desmembrados en la laguna de Puerto Marqués.

Militares en Acapulco

La Costera Miguel Alemán, el principal corredor turístico y económico de Acapulco, está infestado de soldados del Ejército y de la Guardia Nacional. Día y noche, los militares a pie o en sus patrullas recorren la avenida. En casi todos los accesos a las playas más concurridas montaron bases de vigilancia.

El 11 de enero llegaron a Acapulco 210 soldados del Ejército; al día siguiente, otros 240 de la Guardia Nacional y el 25 arribaron 200 más. En total, 650 soldados adicionales para combatir la inseguridad en el puerto.

“Estamos aquí porque en Guerrero ya van unos 100 asesinatos y 50% son en Acapulco”, explicó el coronel Javier Ocada Beltrán cuando llegaron los últimos 200 elementos.

Por la presencia militar en Acapulco nadie se puede quejar. El problema es que los asesinatos continúan, incluso muy cerca de los militares.

El 27 de enero, en una parada de camiones justo en el acceso a la playa Dominguillo, en plena Costera, fue asesinado un hombre. Le dispararon en siete ocasiones. Los soldados llegaron, sí, pero cuando el hombre estaba tirado ya muerto.

“Hay muchos soldados, pero el problema es que sólo vienen a resguardar a los muertos”, dijo un acapulqueño que vive y sufre todos los días el puerto.

Hace unos días, la alcaldesa morenista Abelina López Rodríguez afirmó que está contra la militarización del país y que la violencia se debe combatir desde sus causas, como la pobreza.

Sin embargo, desde hace más de una década la estrategia de seguridad en Acapulco y en Guerrero ha recaído en los militares. Desde el nombramiento de los mandos. Por ejemplo, en el gobierno de López Rodríguez dos de los tres secretarios de Seguridad Pública han sido marinos.

La dependencia de los militares se debe a que la policía de Acapulco es insuficiente (son mil 15 agentes para vigilar en tres turnos a una población de casi un millón de habitantes) y permanentemente se cuestiona si está infiltrada por la delincuencia organizada.

Desde 2005 en que comenzó este proceso de violencia en el puerto ningún alcalde (independientemente del partido político al que pertenezca) se ha atrevido a depurarla, tampoco a equiparla y menos a hacerla funcional.

Disputa de cárteles

La tendencia al alza de la violencia en Acapulco viene desde el último trimestre de 2022, en noviembre y diciembre, sobre todo en la zona de playas.

Así quedó reflejado en la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu) que presentó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En el último trimestre de 2022, en Acapulco 76.6% de los pobladores dijeron sentirse inseguros. En el trimestre anterior, 71.8% respondió lo mismo, es decir, aumentó cinco puntos.

La playa Icacos se convirtió en zona de una nueva disputa. En esos meses se registraron asesinatos, ataques armados, quemas de negocios y balaceras. Incluso se vieron escenas dignas de una película de acción: desde el mar, hombres armados llegaban en motos acuáticas y disparaban a sus objetivos ubicados en la franja de arena.

Allí mismo, según testimonios de diversos prestadores de servicios (que prefieren no dar su nombre por seguridad), la disputa es entre la organización criminal Los Rusos, vinculada al Cártel de Sinaloa, y el grupo local Cártel Independiente de Acapulco, por el control de la venta de drogas y la extorsión.

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