Tula.— Anoche, los habitantes de Tula estaban a la expectativa de que el agua, en lugar de bajar, volviera a subir de nivel.
Desde las 17:00 horas de ayer, las autoridades locales de este municipio y de Ixmiquilpan empezaron a desalojar las viviendas cercanas al río Tula, que esperaba una nueva crecida.
El centro de Tula fue evacuado por completo. En ese lugar, el nivel de agua había bajado, pero se preveía que durante la noche se inundara de nuevo.
En el caso de Ixmiquilpan y en Tezontepec de Aldama, la población se mantenía en alerta ante el anuncio de la crecida del río.
Las autoridades advirtieron que se esperaba que en el transcurso de la noche se presentara el mayor problema.
Horas antes, el gobernador Omar Fayad Meneses advirtió que las cosas no pintaban bien e informó del desfogue de 50 metros cúbicos que realizó la presa Daxhó hacia el río Tula, el cual estaba ya desbordado desde la madrugada del martes.
“La situación es compleja y comprometedora para toda la población que se encuentra cercana al río Tula, se le pide salir de sus domicilios de manera inmediata”, declaró el mandatario y advirtió que el agua podría llegar a los dos metros de altura.
Dijo que hasta ese momento eran nueve los municipios afectados por las inundaciones y refirió que, si bien en la región el clima ya es cálido, lo importante es lo que sucede en el Estado de México y en la Ciudad de México, donde se mantienen las lluvias, por lo que hizo un llamado a la población a no confiarse.
El recuento de las afectaciones
Hasta ayer, el saldo por las inundaciones —sin contar la posible crecida de anoche— era de nueve municipios afectados con más de 5 mil viviendas dañadas, 11 escuelas, 10 balnearios, 24 puentes, seis puentes peatonales, además del Hospital General de Zona Número 5 del IMSS, que tuvo que ser totalmente desalojado.
Sobre la cifra de personas fallecidas en el nosocomio, el gobernador dijo que había algunos datos contrapuestos, ya que las autoridades federales manejan sólo 15; sin embargo, la cifra que tiene el gobierno estatal es de 17, ya que incluye a una persona que falleció por daño coronario y a otra más que recién ingresaba, pero ya estaba sin vida.
Desde la mañana de ayer, el Ejército y la Guardia Nacional aplicaron los planes DN-III-E y GN-A en Tezontepec, Ixmiquilpan y Tlahuelilpan, donde ya se reportaban varias colonias anegadas. En la localidad de San Juanico, el servicio de agua potable fue suspendido debido a que la tubería fue arrasada por la corriente del río.
También se han reportado afectaciones en distintos puentes y en los centros acuáticos, vitales para la economía de esa región.
En esta demarcación, la Conagua también puso en marcha las brigadas de Protección a la Infraestructura y Atención de Emergencias, cuyo personal está capacitado en el manejo de contingencias hidráulicas y equipo anfibio especializado.
De la sequía a la inundación
La necesidad de lluvia por la que tanto sufrió Hidalgo durante los primeros meses del año ha sido la perdición estos días.
Esta región es un granero para el estado, que tiene una producción importante de maíz, frijol, chile, calabaza y verduras.
Ayer, muchas siembras estaban ya perdidas.
Los cultivos permanecían inundados y muchos desembocaban tanta agua que parecían pequeños ríos.
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En estas comunidades, la gente no sólo pide ayuda, también reza: “¿Qué nos queda?, no podemos hacer otra cosa contra la fuerza de la naturaleza, sólo pedir que deje de llover”, dice María.
Ella vive en Tlahuelilpan y afirma que la emergencia en Tula se llevó los reflectores y no dejó ver que también su municipio requería ayuda, hasta que fue demasiado tarde. El río se desbordó e inundó todo a su paso, muchas personas se negaron a salir de sus casas. “Yo sí acepté [evacuar], me daba miedo por lo qué pasó en Tula y, vean, tenía razón”, dice.