Zacatecas, Zac.— Rocko se ha convertido en el “rockstar” de la Policía Estatal Preventiva de Zacatecas. Hace unos meses se ganó la admiración de la población cuando al salvar a sus compañeros policías resultó apuñalado por un sujeto que se resistía a la detención.
La popularidad de este pastor belga no sólo es por su valentía, sino también por su carácter sociable y, en más de dos años que tiene asignado a la policía de proximidad, se ha ganado el cariño de niños, jóvenes y adultos durante los recorridos que hace por escuelas y colonias.
Por estas virtudes ha destacado en el K-9, aunque recientemente llegó Mimosa, de la misma raza, emanada de las filas de la Comisión Nacional Antisecuestro (Conase), que dará competencia a Rocko, pues, a decir del nuevo secretario de Seguridad Pública, Arturo López Bazán, ella no sólo tiene especialidad multipropósito (narcóticos, armas y proximidad social), sino hasta posa para las fotos.
Otros binomios que se han ganado el respeto son las oficiales Monse y Duquesa, pues, aunque entre ellas exista una gran rivalidad por el liderazgo, cada una ha logrado sobresalir en sus actividades de detección de narcóticos, ataque y obediencia.
Con la reciente llegada de cinco nuevos perros del gobierno federal que se han unido a los ocho existentes de la SSP, actualmente hay 13 perros adiestrados. Se trata de Sombra, Federica, Frida, Roth, Sheriff, Delco, Zeus y Dandy, así como otros cachorros que empiezan con su entrenamiento, hijos de las perras policías.
Mientras que Mimosa, Bereta, Onix, Will y Lee son los elementos de razas pastor belga, australiano y holandés, procedentes de la Conase, y destacan en la búsqueda de cadáveres y restos humanos, armas, dinero, explosivos, narcóticos y proximidad social, cuyos ejemplares están en proceso de donación a la SSP.
Desde cachorro, siempre le gustaba estar en contacto y jugando con sus instructores, pero un día tuvo una caída desde lo alto de una patrulla al tratar de seguir a uno de los policías, lo que hizo que cayera y se pegara en el hocico. Aunque no fue una lesión de gravedad, después de su recuperación, se dieron cuenta de que le sobresalía un colmillo hacia afuera, mismo que lo asemejaron con la imagen del rinoceronte de una galleta comercial y así surgió su nombre de Rocko.
Romoaldo Carrillo Méndez, integrante de la Unidad Canina adherida a la Policía de Proximidad Social, relata que Rocko es hijo de dos perros policías, La Ranchera y Duque, pero que además de heredar las aptitudes de ataque y defensa de sus padres, él nació con un gran atributo: un carácter muy sociable.
Anécdotas hay muchas, como cuando iban patrullando cerca de una cancha de basquetbol en una de las colonias con altos índices delictivos y vieron a unos niños jugar, bajaron a saludarlos y se “echaron una cascarita”, pero Rocko también quería jugar y en cuanto lo cachó lo ponchó.
“Como todos, somos un equipo, reportamos el incidente a los jefes y, para reparar el daño, se le autorizó a Rocko regresar a esa colonia con los niños para reponer el balón”, relata Romoaldo.
Monse fue una donación del Ejército mexicano y a la policía estatal llegó a los tres meses de edad, donde ya cumplió tres años. Desde cachorra, aparte de su hiperactividad se le detectó un excelente olfato, por ello, ha destacado en la búsqueda de narcóticos, al grado de que es la que ha dado grandes golpes a los internos del penal varonil de Cieneguillas, donde ha descubierto a drogas y armas enterradas en superficies tapadas con cemento y una profundidad de más de medio metro.
Los entrenadores del K9 aclaran que toda enseñanza es a base de juegos, ya que dentro de un juguete de perros llamado “Kong” se le pone el olor de la droga y se le esconde en algún lugar; una vez que lo halla, reclama su premio, que es algún alimento.
Monse tiene carácter dominante, incluso, conforme fue creciendo, generó una fuerte rivalidad con Duquesa, una líder de la manada, misma que recientemente acaba de ser jubilada, porque ha cumplido siete años de edad y ha destacado en las prácticas de ataque y obediencia.