Saltillo.— Alegría, nostalgia y molestia sintió Carolina Álvarez al enterarse del hallazgo de dos cuerpos de los 10 mineros que perdieron la vida en la mina El Pinabete, entre ellos el padre de sus hijos, Jorge Luis Martínez Valdez.

La Fiscalía General de Coahuila dio a conocer la noticia el pasado miércoles por la noche, dos semanas después de que autoridades informaron que se iniciaría la búsqueda y localización de los restos.

Carolina Álvarez, quien fue pareja del minero Jorge Luis Martínez Valdez, contó que sintió alegría, pero también molestia porque se había acordado que las familias serían las primeras en enterarse de cualquier hallazgo: “No hemos recibido ninguna comunicación por parte de la coordinación [de Protección Civil] o de la fiscalía. Yo me enteré por los medios”, comentó.

Los sobrevivientes han sido olvidados, asegura Héctor Díaz. Foto: Especial
Los sobrevivientes han sido olvidados, asegura Héctor Díaz. Foto: Especial

Dijo que fue una de tantas cosas que se acordaron: saber en qué lugares se habían encontrado y en qué condiciones, entre otras. Sin embargo, reconoció que es una noticia que también genera alegría porque ya es un tema que les va quitando de encima un peso, expuso.

Para Álvarez, el hallazgo de dos cuerpos es positivo porque así las autoridades ya no los dejan con la incertidumbre después de más de un año y cuatro meses de la tragedia en la comunidad de Agujita.

La señora añadió que también es una noticia que se recibe con nostalgia por las fechas que se viven.

Según lo acordado, los restos serán enviados para su identificación y cotejo de perfiles genéticos en la ciudad de Saltillo: “Ya estamos preparados para darles cristiana sepultura, que estén tranquilos, en un lugar donde sepamos que están ahí y poder ir”, dijo Carolina Álvarez.

Carolina Álvarez se enteró por los medios del hallazgo de los restos. Foto: Especial
Carolina Álvarez se enteró por los medios del hallazgo de los restos. Foto: Especial

Se seguirá protocolo: fiscal

El fiscal general de Coahuila, Gerardo Márquez, confirmó que se encontraron restos humanos que, se asume, corresponden a los cuerpos de los mineros que estaban en el pozo cuando se inundó. Dijo que están trabajando con un grupo multidisciplinario que incluye criminólogos, médicos forenses y antropólogos, entre otros especialistas. Mencionó que ahora toca el trabajo de identificación a partir de las referencias de los compañeros de trabajo y los indicios que se encuentren.

Además, detalló que hay un protocolo que se tiene que seguir, el cual podría tardar entre un mes y mes medio para la recuperación del total de los cuerpos e identificación.

Explicó que entre los restos se encontró parte de tejido, lo que podría facilitar la identificación genética. Sin embargo, también se ha encontrado material no biológico como cascos, botellas de agua, botes, mangueras y lazos: “Se identificará con la parte genética o la que indique el grupo multidisciplinario, también tienen prendas de vestir puestas”, agregó.

Márquez Guevara añadió que las familias serán las que recibirán información que tiene que ver con un trabajo de investigación, además de que se trata, dijo, de “material sensible probatorio” para una posible acusación.

El fiscal aclaró que se siguen extrayendo los restos encontrados y precisó que se hará un trabajo meticuloso para realizar un levantamiento adecuado. Después, los restos serán depositados en una caja fría y llevados al Servicio Médico Forense de Saltillo.

Sobrevivientes, en el olvido, acusan

Al darse a conocer la noticia del hallazgo de restos de los mineros muertos, llegó a la mina Héctor Díaz Esquivel, quien reclamó que los cinco sobrevivientes de la tragedia han sido olvidados por las autoridades.

Comentó que en noviembre fueron a la Ciudad de México para tratar de hablar con autoridades federales y lograr un apoyo, pues afirmó que se les retiró el Seguro Social y no tienen ninguna pensión.

Héctor Díaz contó que estuvo hospitalizado después del desplome de la mina, donde se le reventaron los oídos y se le llenaron los pulmones de agua: “No veo, desde que me estallaron los oídos me afectó la vista. No trabajo. Acudo al siquiatra en Acuña y no nos dieron nada, yo tengo ansiedad y ahora andamos moviéndonos porque nos quitaron el seguro”, platicó.

Añadió que, en un inicio, les dijeron que tendrían que estar cinco años en observación, pero sólo les dieron siete días de incapacidad, en enero les quitaron el seguro y nadie se ha comunicado con ellos.

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