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Diana Rendón Alcaraz, de 13 años, apareció muerta en un camino rural de Chilapa. Tenía nueve días desaparecida. Su cuerpo estaba tendido en una cuneta que conduce a la comunidad de Acazacatla.
Estaba erguida, sin huellas visibles de impactos de bala o de tortura y con una ropa distinta a la que se le vio por última vez el 12 noviembre a las 6:00 de la tarde en la cacha del barrio de La Villa, donde vivía. Según la necropsia, murió de asfixia por sofocación.
Ese día, los padres de la niña alertaron de su desaparición. La Fiscalía General del Estado (FGE) emitió la alerta Amber para su localización. Diana es la quinta mujer asesinada en los últimos tres días en Guerrero.
Ayer por la mañana, los familiares llegaron al camino rural e intentaron impedir que los peritos del Servicio Médico Forense (Semefo) se llevaran el cadáver hasta Chilpancingo.
Los peritos lograron trasladar el cuerpo. Por la tarde, los familiares lo recuperaron y lo llevaron de regreso a Chilapa, donde velaron a la menor, quien será sepultada hoy.
Por la tarde, el vocero del Grupo Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia, lamentó la muerte de Diana y anunció que la FGE pondrá todos los recursos materiales y humanos para investigar su asesinato y dar con los responsables.
Ayer en el Congreso local se declaró un minuto de silencio por la muerte de la niña. El diputado Ricardo Mejía dijo que el caso demuestra la violencia contra las mujeres y la impunidad con la que actúan los criminales.
De domingo a martes en Guerrero han sido asesinadas cinco mujeres. El domingo en Acapulco una joven fue matada a golpes y navajazos. El lunes, en Olinalá fueron hallados cinco cuerpos calcinados, dos de ellos eran de mujeres.