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Este es el último asesinato en Chilapa: Yesica Santos, una joven de 19 años, apareció decapitada, maniatada, con señas de estrangulamiento y de tortura en un barrio de la cabecera municipal.
El crimen estaría relacionado al más reciente episodio de terror en este municipio, pues la joven es la hija de María Dolores “N” y Juan “N”, la pareja que apareció desmembrada junto con los cinco artesanos proveniente de Veracruz.
La noche del 24 de enero, según el reporte policiaco, en la calle 4 Norte, en el centro de Chilapa, Yesica fue privada de su libertad junto con sus papás, María Dolores y Juan.
El 30 de enero, en la colonia Los Maestros, a la periferia de la localidad, fueron halladas 15 bolsas negras de plástico con cuerpos hechos pedazos, con las cabezas y las extremidades separadas.
Todos los cadáveres fueron trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo) de Chilpancingo. Los primeros restos identificados fueron los de María Dolores y Juan.
Hasta ese momento, de Yesica no se sabía nada, el gobierno de Guerrero no habían informado de su desaparición, tampoco se había activado la alerta Amber.
Después, el viernes, familiares de los cinco artesanos viajaron casi ocho horas desde la comunidad de Coxolitla, en el municipio de Acultzingo, Veracruz, hasta Chilpancingo; en el Semefo los identificaron.
Los cinco artesanos llegaron el 23 de enero a Chilapa. Unas horas más tarde los privaron de su libertad; nadie supo de ellos hasta el día 30. Los artesanos tenían la intención de vender muebles de madera.
Sobre este caso, el fiscal general del estado, Xavier Olea Peláez, atribuyó la masacre al grupo delictivo Los Ardillos, que desde hace cuatro años libran una disputa por el territorio con Los Rojos.
Olea Peláez dijo que a los artesanos los asesinaron al ser confundidos porque estaban cerca de una “carpintería”, donde se escondían integrantes de Los Rojos.
Antes, el funcionario estatal dijo que los artesanos habían sido asesinado por estar involucrados con la delincuencia organizada.
Este sábado a la 1 de la tarde, el capítulo parecía cerrarse en una barranca en el barrio El Calvario, donde apareció el cuerpo de Yesica, con las misma marcas: estrangulada, torturada, decapitada. En lo que va del año, en esta localidad han sido asesinadas cuatro mujeres, tres fueron decapitadas.
Lamentan crímenes. Tanto el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, y el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, pidieron justicia por el asesinato de los cinco artesanos de Veracruz.
Rangel Mendoza lamentó que, pese a la presencia militar y policiaca, continúen sucediendo hechos de violencia como el hallazgo de las siete personas desmembradas.
González González se solidarizó con los familiares de los artesanos y pidió respetar el derecho a la vida.
La semana pasada se mostró la forma cruenta en la que Los Rojos y Los Ardillos se disputan ese municipio, ubicado en la región de la Costa. Una lucha que durante cuatro años no han podido detener, pues en este tiempo la Federación ha puesto en marcha, al menos, cuatro operativos; uno de ellos con la participación de mil 500 soldados.
Violencia continúa. En Chilapa la violencia se ha impuesto en la cotidianidad; el año pasado durante dos meses más de 60 mil estudiantes estuvieron sin clases en toda la región por amenazas de los grupos delictivos. Esta disputa ha puesto a una población entera en vilo, debido a que la violencia no da tregua porque no cede.
El colectivo Siempre Vivos, donde se aglutinan los familiares de los desaparecidos, tiene documentados más de 400 homicidios y más de 140 desaparecidos, en cuatro años.
En 2012, cuando en Guerrero se vivió uno de los años más violentos de la historia, apenas se registraron 29 asesinatos, mientras que en 2016 fueron 85 y el año pasado, 160 crímenes.