El veterano y pionero instructor de gimnasios de esta ciudad, Manuel Acosta Loria, es el guía que falleció junto a 11 extranjeros en el accidente vial registrado el 19 de diciembre en la carretera Cafetal-Mahahual.

Algunos de sus colegas afirman que estaba “chapado a la antigua” porque defendía la práctica del deporte sin el consumo de suplementos o anabólicos.

Durante décadas estuvo dedicado a instruir a jóvenes y adultos, con disciplina y entrega por lo que, dicen, será recordado como el maestro del deporte.

Un familiar, quien por cuestiones de seguridad pidió omitir su nombre, cuenta a EL UNIVERSAL que Manuel Acosta tenía 75 años, le sobreviven su esposa Maribel y cuatro hijos: Gaby, Paty, Carlos y Adriana. Era el mayor de cinco hermanos.

“Toda la vida fue un hombre disciplinado en el deporte, específicamente, en el físico constructivismo”, señala.

El primer gimnasio en Chetumal, el Campestre, fue establecido por él, además trabajó varios años en la oficina de Telégrafos Mexicanos de Chetumal.

El joven dice que después de dejar los gimnasios, a Manuel le atraía el sector turístico y como aprendió francés e inglés se le facilitaba entablar comunicación con los extranjeros, por lo que se fue a laborar como guía de turista en la empresa Puerto Costa Maya, donde afirman llevaba más de 20 años trabajando.

Aún se desconoce si la familia demandará por el deceso de Acosta Loria, sin embargo, se sabe que la empresa donde el instructor trabajaba se hizo cargo de los gastos funerarios.

El cuerpo de Manuel fue el primero en ser entregado por la Fiscalía General del Estado. Ayer por la mañana, se veló en la funeraria Gamero, ubicada en la avenida Insurgentes, donde había decenas de familiares y amigos dándole el último adiós.

Por la tarde, fue sepultado en el Panteón Civil Municipal, el más antiguo de la ciudad y cercano al centro de Chetumal.

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