Chilpancingo.- “Yo quiero participar más para refrendar el apoyo a López Obrador, que para enjuiciar a los expresidentes”, dice Sergio Vázquez de Jesús, un transportista que recorre las mesas receptoras de Chilpancingo, Guerrero, para poder emitir su voto por sí.
En su pueblo, Amojileca, el Instituto Nacional Electoral (INE) no instaló las tres casillas como lo venía haciendo en las últimas elecciones.
Esas casillas esta vez el instituto las trasladó al poblado de San Vicente, a cuatro horas de distancia. Sergio prefirió venir a Chilpancingo a buscar una casilla especial pero no halló ninguna.
Sergio quería votar como una forma de apoyar el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. El apoyo que Sergio quiere refrendar a López Obrador tiene una razón: en plena pandemia se benefició con 25 mil pesos, como parte de los apoyos que ofreció el gobierno federal.
“Los otros nunca nos han dado nada, todo se lo chingaba”, dice.
Sergio llegó a la casilla 1237 que se ubicó en el andador peatonal Zapata, en pleno centro de la ciudad, al mediodía. Preguntó si podía votar en esa casilla. Le dijeron que no, después preguntó por la casilla especial, pero le dijeron que esas no se instalaron y le informaron que su casilla estaba ubicada en San Vicente.
“Vine para acá porque estaba más cerca, ir a San Vicente son cuatro horas y yo no pienso ir hasta allá”, dice Sergio.
En su pueblo, en las tres casillas en otras elecciones votaron unas mil personas, esta vez, tal vez, ninguno lo hizo.
“Yo creo que ninguno de mis paisanos va a ir a San Vicente a votar, no hay transporte público para ir hasta allá, serían ocho horas de viaje y luego pagar”, explica Sergio.
Después de 40 minutos, Sergio se resignó de no recibir una respuesta y se retiró.
A esa casilla llegaron muchos buscando la casilla especial, pero no hubo filas, no hubo aglomeraciones. Al final en esa casilla sólo se recibieron 186 votos, 181 por el sí, cuatro por el no y uno anulado.
La participación estuvo muy lejana a la de otras elecciones. En distintas mesas receptoras la participación fue mínima, en casi ninguna hubo filas.
En las mesas receptoras 1230 y 1231 ubicadas en el zócalo del tradicional de San Mateo, a las 2 de la tarde apenas habían utilizado unas 60 boletas y tenían otros 16 blocs nuevos.
“yo sé exactamente cuántos votos son, pero deben ser menos de 100, porque cada bloc es de 100 y ve, apenas está por debajo de la mitad”, explica una de las funcionarias de la mesa receptora.
La jornada de este domingo fue demasiada tranquila, tanto que minutos después de las 6 de la tarde, en la casilla 1237, la del pleno centro, los votos ya estaban contados.