Miami.—La devastación que dejó Otis en Acapulco, así como la imposibilidad de comunicarse con sus seres queridos, tienen en la desesperación a guerrerenses que residen en Estados Unidos.
“Sabemos que las comunicaciones están rotas, que sólo en algunas áreas del estado de Guerrero hay comunicación, pero eso también es parte de la ineptitud del gobierno federal y del estado”, dice desde Los Ángeles, California, Carmela Gonzalez, originaria de Chilpancingo. “Entiendo que la fuerza de Otis fue inmensa, pero eso de que ni el Ejército podía comunicarse a México para decir cómo estaban las cosas y lo que se necesitaba... pues ¿qué clase de Ejército tenemos?”, cuestiona.
Carmela logró hablar con uno de sus familiares que están en Chilpancingo, pero no sabe nada de los que se encuentran en Acapulco.
“Lo que más nos preocupa es la familia”, comenta la acapulqueña Aurora Lecanda desde Miami, Florida. “No entiendo cómo es que no se prepararon las autoridades y cómo fue que no advirtieron a la población del inminente peligro. Ha sido un verdadero desastre en todos los sentidos”.
Una de las molestias de los mexicanos en Estados Unidos, especialmente de los guerrerenses, es que “no se trata de que dijeran ‘ahí viene un huracán’, sino que no les dijeron cómo proteger sus viviendas y desalojarlos”, señala Aurora Lecanda. Otra gran molestia y preocupación es que, de acuerdo con información llegada desde Guerrero a Miami y Los Ángeles la tarde de ayer, aún no llega la ayuda a la población en general, especialmente a la más vulnerable y necesitada.
“Están sin luz, sin agua, sin protección y con personas robando en las tiendas”, dice.
Francisco Moreno, líder comunitario en Los Ángeles, dijo que están tratando de crear puentes para que los guerrerenses puedan, “lo más pronto posible”, tener noticias de sus familiares y amigos.