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San Miguel de Allende.- Este miércoles, el reloj público del Centro de la ciudad volvió a dar la hora, como desde hace 120 años, luego de cinco semanas de mantenimiento profundo.
El procedimiento abarcó el desarmado del reloj “desde las entrañas” para limpiar y lubricar pieza por pieza, ajustarlo y hacer pruebas para garantizar su funcionamiento coordinado con los relojes convencionales.
El reloj francés conserva sus piezas originales, en las que radica el gran valor de esta joya, según Daniel Vázquez, encargado de la supervisión de este elemento icónico de San Miguel de Allende e hijo de don Raúl Vázquez, quien estuvo a cargo por más de 25 años.
Dijo que la intervención fue necesaria para mantener el reloj público en buen estado y prolongar su durabilidad al paso del tiempo.
Mencionó que es muy difícil que sea 100% preciso, pues por su mecanismo y antigüedad puede tener desfases leves.
Cerca de 60 engranes conforman su sistema de funcionamiento, además de unas pesas sostenidas por unos cables de acero, que se limpiaron y lubricaron con aceite y petróleo especial, así como tres campanas que suenan para indicar la hora y los cuartos de hora.
Las campanas recibieron limpieza y lubricación con aceite de linaza en las vigas que las sostienen y un ajuste leve en los martillos.
El mantenimiento estuvo a cargo de Daniel Vázquez con la asesoría de su padre, su hermano Raúl Vázquez, su primo-hermano Rafael Guerra, quienes en conjunto echaron a andar la maquinaria para que el reloj volviera a sonar.
El reloj se aprecia desde una torre que se encuentra a un costado de la Parroquia de San Miguel Arcángel .
afcl/jcgp