“A Gisela la mataron porque no le convenía al sistema que descubriera la corrupción y los desfalcos en el ayuntamiento”, afirmó la alcaldesa de Temixco, Juana Ocampo Domínguez , madre de Gisela Mota Ocampo , asesinada el 2 de enero de 2016, un día después de rendir protesta.
Esta mañana las autoridades municipales realizaron un homenaje para conmemorar el segundo aniversario luctuoso de la alcaldesa ultimada en su casa de Pueblo Viejo , delante de su familia, por un comando armado.
Durante su discurso Ocampo Domínguez, visiblemente afectada y con la voz entrecortada, responsabilizó a la anterior administración de la muerte de su hija y recordó que durante la gestión del antecesor de Gisela, Miguel Ángel Colín Nava , dejó de pagar sueldos y prestaciones a los trabajadores.
“Se fueron sin cubrir ese adeudo, eso fue lo que le quito la vida a Gis, enterarse de todo lo que estaba escondido... la inseguridad está en todos lados, a cada momento, acaba con nuestros presidentes municipales. A Gisela no la dejaron gobernar un solo día”, recalcó.
Al montar una guardia de honor, donde fue colocada una fotografía de Gisela y un arreglo floral, Juana Ocampo olvidó su encargo, rompió en llanto y se abrazó de su esposo quien trató de consolarla. Por un momento sólo se escucharon sus lamentos se escucharon en medio de un lúgubre silencio.
Juana recuperó la compostura, se limpió las lágrimas y permaneció junto a la imagen de su hija varios minutos más.
Al finalizar el homenaje, la actual alcaldesa fue cuestionada y se rehusó a acusar directamente a Colín Nava de ordenar el asesinato de su hija, pero exigió a las autoridades no dar carpetazo a las indagatorias, ya que afirmó sólo se sentenció a cinco de los 10 sicarios implicados en su caso y los autores intelectuales no han sido encontrados.
Asimismo recriminó que la auditoría realizada a las finanzas de la anterior administración no se llevó a cabo pues acusó que la documentación que incriminaba al anterior edil fue desaparecida.
Juana Ocampo es la tercera alcaldesa de dicho municipio. La tarde del 1 de enero de 2016, su hija tomó protesta en el cargo al resultar ganadora en la elección. La mañana del 2 de enero, alrededor de las 7:00 horas, un comando armado de unas 10 personas ingresó a su domicilio, sus familiares fueron encañonados porque buscaban “a la muchacha”.
Gisela Mota fue bajada por los sujetos de su recámara, ubicada en la segunda planta de la casa, y frente a su familia fue ejecutada. Los asesinos huyeron del lugar pero en la fuga se toparon con una unidad de la policía. Dos asesinos murieron en el intercambio de balas, cinco personas más fueron detenidas y sentenciadas por el crimen.
Un día después el gobernador perredista Graco Ramírez montó una guardia de honor en la explanada municipal, donde rindieron homenaje de cuerpo presente a la alcaldesa victimada. Al acto realizado esta mañana ningún representante del sol azteca, en el militó Gisela Mota desde los 13 años de edad, acudió.
Tras el asesinato de la alcaldesa el cargo fue ocupado por la suplente Irma Camacho, quien se enfrentó a la oposición de los simpatizantes de Juana Ocampo, quienes de inicio pretendieron imponer a la madre de la víctima. A pesar de la oposición y una huelga de hambre encabezada por la actual alcaldesa, Irma Camacho ocupó el cargo hasta mediados de 2017 por problemas de salud que se complicaron hasta causar su muerte.
Entonces el Congreso del estado recibió la terna, en la que se incluyó a Juana Ocampo, para la titularidad de la alcaldía de Temixco.
Inseguridad en boga
El municipio de Temixco, perteneciente a la zona metropolitana de Morelos, es considerada una de las localidades con el mayor índice de inseguridad.
El pasado 30 de noviembre, cinco mujeres, una bebé de dos meses entre ella, fueron acribilladas en un presunto fuego cruzado al interior de su propio domicilio, por elementos de la policía estatal, crímenes por lo que hasta la fecha no hay un solo detenido.
Al respecto Juana Ocampo admitió que el municipio que gobierna es una zona de paso de las células delincuenciales pero en el que también se han enquistado en diversas colonias, como la Rubén Jaramillo, donde ocurrió el multihomicidio de los familiares de José Alberto Valdez Chapa, “El señor de la V”, presunto líder de una célula del crimen organizado del estado de Guerrero.
La alcaldesa reveló que tras los asesinatos, pidió la intervención de la Policía Federal y la gendarmería, sin respuesta positiva de ésta última.
Incluso dijo que desde el relevo de la comandante Catalina Laurel Galicia, efectuado una semana después de los homicidios en la Rubén Jaramillo, y la llegada del comandante Eduardo Sánchez, “se notó una mejora, ya se realizan más rondines, hay presencia policiaca en las principales avenidas y en los negocios”, señaló.
Sus declaraciones contradicen la versión de su secretario del ayuntamiento Carlos Caltenco Serrano, quien declaró que el cambio obedeció exclusivamente a la rotación semestral de todos los comandantes en los municipios y hasta reconoció la labor de Laurel Galicia.
msl