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Fui la última en enterarme, relata Amalia

La mamá de Alejandro Wagner dice que creyó en la muerte del joven hasta la funeraria

Padres sostuvieron una reunión privada con autoridades del gobierno federal. Foto: Especial
05/03/2023 |02:20Daniela Wachauf |
Daniela Wachauf
reportera de la sección NaciónVer perfil

Nuevo Laredo.— “Fui la última mamá en enterarme de que mi hijo Alejandro había fallecido; fue como a las 15:00 horas del 26 de febrero. Ya me iba a trabajar al restaurante, cuando me dijeron; no lo creía hasta que lo vi en la funeraria y cuando vi su credencial de elector”, recuerda la señora Amalia Rocha, madre de Alejandro Wagner, quien fue uno de los cinco fallecidos baleados por elementos del Ejército, en la colonia Manuel Cavazos Lerma.

“Todavía no me entregan las pertenencias. Quería sus cosas para echárselas a su caja. No usaba anillos, pulseras, ni tatuajes, con eso lo digo todo. Siempre traía gorra, quería ponerle una foto en su caja con gorra”, agrega la madre visiblemente afectada.

En entrevista con EL UNIVERSAL, doña Amalia describe a su hijo como un joven muy trabajador en la maquila donde laboraba; de carácter muy serio, aunque ya con sus amigos era más relajado. Como papá era muy cariñoso con su único hijo de cinco años; quería tener su casita y más adelante una niña.

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“Siempre traía una gorra que le combinara con la camisa y los zapatitos; andaba bien arreglado. Ese día se llevó camisa roja, gorra roja y calzado rojo, ese fue su último cambio; lo recuerdo bonito”, describe su mamá en el Espacio Cultural Estación Palabra Gabriel García Márquez, antes de sostener una reunión privada con autoridades del gobierno federal.

“No sé quién fue al bar aquel día. Nadie me conocía de los papás”, reconoce la mujer.


Los últimos recuerdos

Sentada en el comedor, junto con otros padres de las víctimas, la mujer revela que tenía días de no dormir bien antes de que falleciera su hijo.

“A lo mejor era el presentimiento de una madre. Llevaba dos semanas con insomnio y ahorita, de hecho, no he descansado. Jamás había padecido de insomnio. Mi otro hijo me avisó de lo que había ocurrido. Le dije: estás bromeando, luego llegaron mis hermanos y mi nuera. Yo estaba lista para irme a trabajar”, recuerda doña Amalia.

La madre refiere que su hijo estaba casado y habían quedado de verse este jueves.

“Fui a su casa hace unos días solamente a saludarlo y le dije: pídeme un taxi y fue la última vez que lo vi, estaba contento.

“Él quería comprar su casita para no estar rentando, porque tenía Infonavit. Mi nuera ahorita está destrozada. Son cosas que uno no espera”, señala.

“Preparé al niño cuando estábamos en la funeraria. Le dije vamos a ver a tu papá, pero ya está en el cielo, en una caja está dormidito y me dijo ‘sí abuelita’. El niño veía que todos lloraban, gritaban, no me quebré porque tenía a mis hijas enfrente y a mi nieto”, relata doña Amalia tratando de contener el llanto.

Portando ropa negra por su luto, la señora Amalia Rocha sabe y reconoce que vienen cosas pesadas, una de ellas es asimilar la pérdida de un hijo, además del dolor de ver a la familia que dejó.

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