Cancún.— La alcaldesa de este municipio, Ana Patricia Peralta, fue víctima de violencia política contra las mujeres en razón de género, de acuerdo con sentencias del Tribunal Electoral del estado (Teqroo) emitidas en febrero y abril de este año. Expertas en la materia señalan que se apegó a Derecho.
Tras haber incurrido en conductas que acreditan violencia política de género en agravio a la edil, Alfonsina Sánchez, militante de Morena en Cancún, fue obligada a ofrecerle una disculpa pública a la munícipe.
Sin embargo, el pasado 18 de agosto, días después de acatarse la sentencia del Tribunal, organizaciones civiles protestaron en el palacio municipal al considerar que la denuncia interpuesta por la edil de Cancún atenta contra la libertad de expresión, por lo que exigieron que fuera ella quien se disculpara con la ciudadanía.
Consultadas por EL UNIVERSAL, Teresa Hevia Rocha, coautora de la guía Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género, y la ex magistrada de la Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Gabriela Villafuerte Coello, confirmaron que la falta en la que incurrió Sánchez es considerada violencia política contra las mujeres, pues hace alusiones a la vida personal de Peralta, en lugar de su desempeño como funcionaria.
Hevia y Villafuerte explicaron que, por ignorancia, desconocimiento o dolo se suele descalificar a las mujeres atacando su universo íntimo con señalamientos personales –ciertos o falsos– sin centrarse en su desempeño, cuestionando su vida o relaciones afectivas, que no deberían ser objeto de escrutinio.
“(...)El problema no es que se critique a la funcionaria, su labor o su desempeño, si comete actos de corrupción o es omisa. Eso no es violencia política contra la mujer en razón de género, porque se trata de descripciones sobre cómo ejerce su trabajo. Pero aquí (Alfonsina) se mete en cuestiones personales, hay alusiones a la vida afectiva (...), se recurre al estereotipo de género”, expresó.
La consultora subrayó que la clave de la violencia política de género es saber distinguir entre críticas que incomoden porque cuestionan el desempeño de una mujer en la política o dentro del ejercicio público y otra, que incomoden porque se involucran en la vida personal, menoscabando la dignidad de las mujeres con base en estereotipos de género.