Juana Mendoza Galindo llegó al puerto de huyendo de la violencia de su esposo, en el municipio de San Luis Acatlán, en la Costa Chica de Guerrero. Nunca se imaginó que en unas cuantas horas perdería su patrimonio logrado en dos años y medio por el paso del


Juana Mendoza Galindo Nunca se imaginó que en unas cuantas horas perdería su patrimonio logrado en dos años y medio por el paso del huracán John en Guerrero. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
Juana Mendoza Galindo Nunca se imaginó que en unas cuantas horas perdería su patrimonio logrado en dos años y medio por el paso del huracán John en Guerrero. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL


Producto de su trabajo como comerciante de verdura y frutas, adquirió en pagos un refrigerador, televisión, colchón, sala, microondas y diversos enseres para formar un nuevo hogar, alejado de la violencia familiar que vivió en su comunidad, pero lo perdió todo. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
Producto de su trabajo como comerciante de verdura y frutas, adquirió en pagos un refrigerador, televisión, colchón, sala, microondas y diversos enseres para formar un nuevo hogar, alejado de la violencia familiar que vivió en su comunidad, pero lo perdió todo. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL


Juana cuenta que esa noche de finales de septiembre salió de la vivienda con sus hijos para refugiarse con una amiga por la crecida del río aledaño, y cuando regresó su casa ya no estaba, la fuerza del agua se la llevó, al igual que otras de la zona. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
Juana cuenta que esa noche de finales de septiembre salió de la vivienda con sus hijos para refugiarse con una amiga por la crecida del río aledaño, y cuando regresó su casa ya no estaba, la fuerza del agua se la llevó, al igual que otras de la zona. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL


Pese a ello, Juana da gracias a Dios por tener vida y tener a sus dos hijos con ella, pues lo material, asegura, poco a poco se recupera; señala que sus hijos, de 10 y 13 años, extrañan sus libros y útiles escolares que tampoco pudieron rescatar de la casa. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
Pese a ello, Juana da gracias a Dios por tener vida y tener a sus dos hijos con ella, pues lo material, asegura, poco a poco se recupera; señala que sus hijos, de 10 y 13 años, extrañan sus libros y útiles escolares que tampoco pudieron rescatar de la casa. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL


Varias casas de las colonias San Agustín, Casas Palenque y Los Órganos, entre ellas la de Juana Mendoza Galindo, fueron arrastradas por la creciente del río de la zona que con las intensas lluvias del huracán recuperó su afluente. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL
Varias casas de las colonias San Agustín, Casas Palenque y Los Órganos, entre ellas la de Juana Mendoza Galindo, fueron arrastradas por la creciente del río de la zona que con las intensas lluvias del huracán recuperó su afluente. Foto: Valente Rosas/EL UNIVERSAL









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