Pachuca, Hidalgo

Entrar a La Loma es sortear hoyos y piedras de un camino de terracería, pululan los perros callejeros, los charcos del agua que sale de las viviendas, porque aquí no hay drenaje ni agua potable.

La colonia pertenece al municipio de Pachuca, a un lado de la carretera federal México-Laredo, fue fundada hace más de tres décadas y sus lotes comprados por familias de escasos recursos que, pese a la carencia de servicios, buscaban una casa propia.

Ignacia Bautista y su hijo Lucio, entonces de dos años, llegaron cuando esto era sólo monte; 28 años después las cosas no han cambiado mucho, siguen sin servicios básicos, la energía eléctrica llegó apenas hace tres años y ante un mayor número de habitantes crecieron las fosas sépticas, muchas en plena calle.

Tienen una en el patio, la construyeron hace 10 años como Dios les dio a entender, una oquedad de cinco metros de profundidad por tres de diámetro, con un tubo blanco que sirve de respiradero y da a la calle, y que en época de calor regresa los malos olores y la contaminación.

Otros vecinos de la calle Tierra y Libertad, como María Juana de la Cruz y su esposo Miguel Hernández,  construyeron su retrete sólo viendo cómo lo hacían otros. En la casa de Juana hay un comedor, una cocina, una sala y en medio de ésta, la fosa séptica  que construyó hace 20 años con una tubería para que el pozo respire.

Nadie les enseñó cómo hacerla, ni nadie les dice cómo darle mantenimiento para tener condiciones mínimas de sanidad, ni mucho menos cómo podrían darle servicio de drenado. “Yo creo que vamos a saber que está llena cuando el agua se regrese y empiece el mal olor, hasta ahora todo está bien”, dice Miguel.

Juana refiere que la falta de servicios básicos les genera enfermedades, además de que proliferan las moscas y las ratas, porque el agua de la cocina termina en la calle.

La primaria y el jardín de niños atienden a los menores de esta colonia y los de la Margarita Morán, un barrio fundado por Antorcha Campesina, donde la situación es peor porque ahí algunos habitantes aún hacen sus necesidades fisiológicas al aire libre. Ambas escuelas tienen una fosa séptica en la puerta de entrada.

Pese a la situación en que viven los vecinos de ambas colonias, aseguran que no acuden brigadas de salud a emitir información.

Sin sanitario, 37%

De acuerdo con la OMS, 37% de la población en el mundo carece de un saneamiento adecuado. En Hidalgo, según Juan Gabino Jiménez Guerrero, director de Mejoramiento a la Calidad y Espacios de la Vivienda, perteneciente a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), los recursos para la mejora de las casas, provenientes del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social, se destinan prioritariamente a los 24 municipios con muy alta marginalidad rural y que son los que determina Coneval. Estos, ubicados en su mayoría en la Sierra, la Huasteca y la zona otomí Tepehua.

Incluso, detalla que en estas comunidades han optado por  proveer a las familias más necesitadas de baños con biodigestores (contenedores herméticos, que acumulan los residuos que se convierten en aguas grises para liberar a los mantos), que cuentan con un mecanismo para que se limpie la acumulación de sólidos, y el agua gris permea en los mantos.

Las fosas sépticas, dice, ya no son viables. Su duración dependerá de las dimensiones y del mantenimiento. Se les debe hacer un dragado que tiene un costo de 10 mil pesos, además de que podrían generar un foco de infección; ahora se utilizan baños con biodigestores que tiene un costo aproximado de 40 mil pesos.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses