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Cancún.- La apertura prohibida de antros, bares y discotecas; las fiestas clandestinas en la selva o en hoteles; las reuniones masivas en casas, las aglomeraciones en playas, tianguis y espacios públicos, la violación del cupo en el transporte público, le “cobraron la factura” a la zona norte de Quintana Roo , que vuelve, a partir del 25 de enero, al color naranja en el Semáforo Epidemiológico Regional.
De este modo, Tulum, Solidaridad (Playa del Carmen), Cozumel, Puerto Morelos, Cancún, Lázaro Cárdenas e Isla Mujeres, volvieron al color naranja, lo que supone aforos al 30 por ciento en playas, parques públicos, centros comerciales, cines, teatros, tiendas departamentales, casinos, peluquerías y salones de belleza, venta de enseres y computadoras; y al 50 por ciento en hoteles y restaurantes, sitios históricos, parques temáticos, campos de golf, gimnasios, clubes deportivos al aire libre.
El anuncio fue hecho esta noche por el gobernador del estado, Carlos Joaquín González , quien advirtió que la zona sur -Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos, Bacalar y Othón P. Blanco- se mantendrá en amarillo, “pero muy cerca, casi al límite de regresar a naranja también”.
Lo anterior significa la apertura al 80 por ciento en venta de enseres y computadoras; al 75 por ciento, en servicios contables, administrativos, profesionales y de consultoría; al 70 por ciento, gimnasios y clubes deportivos al aire libre y 50 por ciento en espacios cerrados; y al 60 por ciento en hoteles, restaurantes, sitios históricos, parques temáticos, campos de golf, playas, teatros y cines, centros comerciales y tiendas departamentales.
El mandatario alertó acerca de que la entidad está en un momento “crucial”, con un aumento de casos tal, que los hospitales podrían llenarse.
En una transmisión en vivo, el mandatario insistió en que las reuniones de diciembre pasado y la relajación de las medidas sanitarias “que son percibidas como consejos desgastados”, han aumentado el número de casos positivos y defunciones, tendencia que se seguir, incrementará la ocupación hospitalaria.
“De seguir con la tendencia y con el incremento sostenido de contagios, entraremos en un nuevo estado de alerta”, sostuvo, al indicar que ello podría provocar que la entidad retorne al color rojo y con ello al confinamiento, lo que además de las repercusiones en la salud, sería una estocada económica para el estado.
“Si no lo tomamos con seriedad, podemos perder en muy poco tiempo, lo que con mucho esfuerzo y sacrificio avanzamos. Las medidas sanitarias no son opcionales; son obligatorias”, subrayó, al anunciar nuevas acciones para frenar la tendencia de contagios.
Habló del despliegue de operativos de supervisión del cumplimiento de restricciones sanitarias y sanciones en transporte público, colonias, playas, tianguis y mercados, embarcaciones y, especialmente, comercios.
Habrá sanciones para quienes organicen reuniones y fiestas; la movilidad será nuevamente restringida; se ordenará en cierre de calles para limitar circulación. Se iniciará con un programa de “telemedicina”, sobre el cual no amplió detalles; se aplicarán pruebas y tamizajes en puntos estratégicos y se reubicará a personal de salud en hospitales con capacidad crítica, dijo.
“Bajar la guardia conlleva a ver que la gente querida pueda enfermar o morir y paralizar actividad económica”, enfatizó, al reiterar que la negligencia de algunos, costará a toda la población y las decisiones personales impactarán en lo colectivo, definiendo el futuro común.
“Las medidas son percibidas como consejos desgastados por quienes encuentran la manera de evadirlas. Pueden negar la realidad, pero ésta termina por imponerse”, manifestó.
afcl/rcr