El Barretal.— En la zona naranjera más importante de Tamaulipas ayer se realizó la tradicional Carrera de Coloteros, en honor a la Virgen de Guadalupe.
Aunque no es considerada como una competencia deportiva, y tampoco se realiza en un estadio, los 40 participantes sí requirieron de mucha fortaleza física para correr los 2 kilómetros del trayecto, con un “colote” (canasto) en la espalda, cargado con 65 kilos de naranjas.
La cita para el arranque fue en la corredora de naranja, en la carretera Ciudad Victoria a Monterrey, entre el ejido Plan de Ayala y El Carmen, del municipio de Güémez.
El párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, José Dolores Muñoz, le dio la bienvenida a todos los asistentes y dio la bendición a los “coloteros”.
En toda la región la principal actividad económica es la citricultura y entre los oficios que hay en la producción destacan los “coloteros”, se les llama así a quienes durante la pizca de naranja realizan el trabajo más rudo: cargar en su espalda los “colotes” repletos de la fruta.
El colote es un canasto de forma cilíndrica que se lleva en la espalda sostenido por un mecate que el “pizcador” de naranja se coloca en la frente.
El presidente municipal de Güémez, Luis Lauro Rodríguez, destacó que esta tradición une a dos municipios: “Inicia en la báscula, donde se concentra la mayor actividad como punto de distribución laboral y naranjera, perteneciente al municipio de Güémez, y cierra en Barretal, que pertenece a Padilla”, explicó.
Mencionó que esta es una región noble, con el clima ideal para que se desarrolle la citricultura, “mis padres, mis tíos y familia son personas que se dedican a la citricultura, como mucha gente de esta región”, aseguró el alcalde.
Con una puntualidad exacta, a las 10:00 horas un cohetón fue la señal de salida. Todos los participantes iniciaron el recorrido.
Se trata de un espectáculo pocas veces visto, con decenas de canastos en lo alto y cientos de personas que aplauden el paso del contingente.
Llama la atención que cada participante corre rodeado de sus amigos, quienes se convirtieron en asistentes, les echaban aire, les daban agua y los iban alentando durante los 2 kilómetros que abarca todo el recorrido.
El ganador de esta edición fue Edwin Alexis García, un joven de 20 años de edad oriundo de Tihuatlán, Veracruz, quien con un paso impresionante dejó muy atrás al resto de los corredores.
Cruzó la meta ante la algarabía de cientos de personas, quienes lo ovacionaron a la entrada de la Iglesia de Guadalupe.
En entrevista, Edwin comentó que desde hace 10 años trabaja en la pizca de naranja, y que en su lugar de origen ya había ganado una competencia similar.
“La parte más difícil para mí fue al cruzar el puente [río Purificación], y hasta llegar al final”, relató Edwin.
El sacerdote José Dolores Muñoz le entregó 8 mil pesos de premio, acompañado del alcalde de Güémez, Luis Lauro Rodríguez, y otros patrocinadores del evento.
El segundo lugar, Francisco Javier González, recibió 5 mil pesos, y el tercero, Antonio Victoriano Huerta, obtuvo 3 mil.
“Es una tradición que le viene a dar un realce a nuestra fiesta a la Virgen. Son trabajadores de la región que se dedican a la principal actividad que es la citricultura”, comentó el párroco.
Fatigados, pero con la satisfacción de haber terminado la ruta, frente a la iglesia estaban los 40 corredores junto a sus “colotes”, los recipientes con los cuales cotidianamente se ganan la vida.