Reynosa.— Si de algo está segura Olga Ruiz es que la muerte de su hermano no quedará impune. Si no se hace justicia en la tierra, dice, será Dios quien castigue a los que le arrebataron la vida a Fernando, quien ayer fue velado por su familia y amigos.
El joven, de 19 años de edad, fue asesinado por el comando que el sábado sembró el terror en esta ciudad, al acribillar a 14 personas y dejar heridas a tres más, una de ellas falleció ayer en un hospital, para elevar a 15 el número de personas inocentes muertas en ataques armados al azar, de acuerdo con informes de la Vocería de Seguridad de Tamaulipas.
“Díganme maistro”
Ángel Fernando Ruiz Flores recientemente se graduó como técnico en enfermería, pero quería ser doctor, por lo que en su tiempo libre comenzó a trabajar con su padrastro para una compañía que daba servicio a la Comisión Municipal de Agua Potable en Reynosa. Su objetivo era juntar dinero para pagarse la carrera.
Junto con Fernando murieron otros tres trabajadores y dos transeúntes que pasaban por el lugar; su padrastro resultó herido en un brazo.
“Mi hermano nos había dicho que lo iban a ascender a maistro [sic], nos decía: ‘Ahora sí, díganme maistro Fernando y si quieren, les enseño’; siempre fue alegre, nunca conformista”, recuerda su hermana Olga.
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Relata que fue su padrastro quien les avisó del ataque: “Él salió con un rozón y pensaba que mi hermano se había salvado. Dice que no se puede quitar la imagen de mi hermano, de cómo estaba”.
“La alegría de la casa”
“Sí vamos a tener justicia. Si no en la tierra, tendremos la justicia de Dios. Él va a castigar a esas personas, tomará cuentas y cuando lo haga, lo hará al ciento por uno, así dice la palabra de Dios”, asegura Olga, mientras retiene las ganas de llorar.
Cuenta que su hermano era el motor de la familia, era el más pequeño y el único que logró estudiar y graduarse.
“Era la alegría de la casa, hace dos años perdimos a un hermano de muerte natural y Fernando era el único hombre que nos quedaba. Era nuestro orgullo, era el primero en realizarse”, dice con tristeza.
Señala que en septiembre de 2020, su hermano se graduó como técnico en enfermería.
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“Decía que quería seguir con la licenciatura general porque quería ser médico. Era bien estudioso, responsable, era un niño muy centrado, siempre fue así. Un día yo le pregunté qué especialidad quería seguir y me dijo que cirujano”, recuerda Olga con orgullo.
“Mi mamá está devastada, no quiere que esto sea un circo, quiere que se haga justicia, pero que se respete la memoria de mi hermano. Él decía que le iba a hacer una casa grande a mi mamá, que le iba a quitar las flores y le iba a hacer una alberca y mi mamá le respondía que con sus matas no se metiera; era un niño muy querido”, dice Olga mientras el resto de la familia vela el cuerpo del hijo menor, la esperanza de la familia.