Monterrey
.- Además de exigir justicia, familiares del pequeño Decker Alexander piden a las autoridades dar sepultura a los restos del menor, que les permitan colocarlos en la misma caja donde yace Óscar Uriel , su padre, y que puedan velarlo por una o dos horas, pues admiten que no sería posible por más tiempo debido al estado de descomposición que presentó el cadáver al momento de ser localizado.
Hasta este sábado por la tarde, la familia seguían sin recibir el cuerpo de Decker , el cual fue encontrado el miércoles a mediodía en las orillas de la carretera Monterrey-Saltillo, en Ramos Arizpe, Coahuila; esto, debido a que la Fiscalía de ese estado no ha concluido o entregado los resultados de las pruebas de genética que ayuden a confirmar la identidad de los restos del menor, quien fue secuestrado por Mario “N” , oriundo de Michoacán, la madrugada del 10 de agosto, después que éste había asesinado al padre del niño a martillazos.
Mientras se concede la entrevista para hablar del doble homicidio, Dulce Gómez, madre de Óscar Uriel y abuela de Decker Alexander , carga entre sus brazos un ramo de rosas que tiene preparado para adornar el altar donde será colocado el féretro con los restos de su nieto, en su domicilio particular de la colonia Fomerrey 11, en San Nicolás de los Garza.
Rodeada de vecinas y familiares, sin alzar la voz, demanda: “Ya queremos el cuerpecito, desde el miércoles lo encontraron, pasaron jueves, viernes y hoy sábado, y pues nada, de por sí ya estaba en descomposición, nos irán a dar la caja vacía, no sé”.
Dice que los planes de la familia son llevar el cuerpo de su nieto al mismo panteón municipal de San Nicolás, donde a principios de la semana sepultaron a Óscar Uriel , y que incluso les permitan ponerlo en el mismo ataúd.
Afirma que una funcionaria del DIF le comentó que sí se podía, que como ocuparían casi el mismo espacio ambos cuerpos, les iba a ayudar para que con el mismo dinero alcanzara para cubrir lo del niño.
Dulce comenta que cuando enterró a su hijo, los gastos funerarios corrieron a cargo del restaurante El Camarón, lugar donde él trabajaba, y que también se dispuso del dinero con el que le haría una fiesta a su hija más pequeña.
Ahora, con lo sucedido con el bebé, el apoyo económico proviene principalmente de los vecinos, quienes también aportan algo de despensa para solventar gastos de alimentación.
La mujer califica el asesinato de su único hijo varón como una “ironía del destino” , ya que ese mismo día tenía todo preparado para hacerle una fiesta por su segundo cumpleaños a Jackeline, su hija más pequeña.
“Ya no la pudimos festejar y el dinero del cumpleaños lo usamos para los gastos por la muerte de mi hijo, lo bueno que todo se pudo cancelar, menos el pastel, que ya se había pagado, y aquí se repartió entre los vecinos”.
Óscar Uriel tenía preparada también una fiesta sorpresa para su esposa Fátima Nayeli, que el jueves pasado cumplió 14 años, y hasta trabajó su descanso para tener ese día libre. Pero la tragedia envolvió a la familia.
“Ella pedía de regalo que le dejaran a su hijo vivo, pero pues mire. Lamentablemente este maldito (Mario “N”) no se tocó el corazón para matar al niño, un inocente, y a mi hijo también, ¿qué culpa tenía? Apenas andaba en sus 18 años, andaba feliz con su niño, era lo que más amaba en su vida”, sostiene Dulce.
La mujer sostiene que la viuda de Óscar “ya se quedó solita, sin su esposo y sin su niño, que era lo que más quería, con los brazos vacíos. Yo así también, sin mi hijo y sin mi nieto, es muy duro.”
Señala que aunque el presunto secuestrador y homicida se vio arrepentido en la audiencia, "ni con todo su arrepentimiento nos va a pagar el daño que nos hizo”.
Dulce afirma que su exyerno Mario , de 52 años, pareja de su hija Abigail, de 17 años de edad, era una persona “enferma de la mente y del corazón” . “Nunca nos dimos cuenta, supo fingir muy bien sus sentimientos”.
Cuenta que para asesinar a Óscar Uriel “estudió muy bien cómo iba a hacer todo, en qué momento iba a agarrar a mi hijo. Como trabajaba de noche, lo agarró bien cansado, y aunque hubiera querido reaccionar, no hubiera podido”.
Explica que para matar a Óscar, Mario ingresó a la casa como un miembro más de la familia, pues su supuesta víctima le daba asilo y por la noche le dejaba la puerta entreabierta, pese a que tres semanas antes, Abigail decidió terminar la relación con el implicado, quien ahora está preso en el penal de Topo Chico, por su carácter violento y constantes discusiones.
“Por eso tuvo acceso a él, estuvo viviendo ahí con ellos, lo agarró prácticamente a traición”, dice Dulce, quien reflexiona en voz alta:
“No puedo creer que (mi hijo) esté muerto, ¿por qué (Mario) lo hizo, si mi hijo era el único que lo estaba apoyando? Fue el único que tuvo lástima de él. Yo le decía a mi hijo: 'córrelo, porque ya no es nada de nosotros' ”.
Dulce aclara que Mario “no tomaba ni fumaba; este tipo no tenía vicios, él mismo dijo que lo hizo por coraje, por venganza, porque mi hija ya no quiso regresar con él, pero pagaron justos por pecadores .
"No tenía porqué matar a mi hijo, y al niño mucho menos. Ni modo que diga que el bebé se defendió, quizá sólo lloraba porque tenía hambre, no sé, a lo mejor se desesperó”.
etp