Tuxtla Gutiérrez, Chis.- María Luisa Tomasini, la llamada “Abuela de los Zapatistas” , murió a los 97 años de edad en la ciudad de Tapachula, informó su hija María Eugenia del Sordo Tomasini.

María Luisa estuvo con la causa zapatista hasta el último día de su vida. Apoyó al grupo rebelde "hasta donde pudo y murió convencida de que había que hacer la revolución”, dijo su hija.

"Mi madre, desde niña y en su juventud, tuvo una vida pequeño-burguesa; pese a ello, se involucró en las luchas de izquierda cuando conoció a la familia de Narciso Bassols, el político e ideólogo mexicano pos revolucionario que fue secretario de Gobernación y de Educación Pública", recordó María Eugenia.

Al lado de Clementina Batalla, viuda de Bassols, doña María Luisa viajó a la entonces Unión Soviética , a la República Democrática de Alemania y a Cuba , donde estuvo con Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara , a quien estrechó la mano cuando triunfo la revolución.

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"La Abuela de los zapatistas" nació el 7 de abril de 1923 en el rancho La Vega de los Gatos, en Tapachula. A los 2 o 3 años se mudó a la finca "Quién Sabe", propiedad de su padre Francisco Tomasini Canosi, originario de la antigua Córcega.

Su madre, Manuela Velázquez —"que toda su infancia fue pastorcita"—, fue de origen mam de Motozintla; su abuela y bisabuela fueron recolectoras de café que viajaban a Guatemala.

María Eugenia del Sordo recordó que durante el alzamiento armado del EZLN de 1994, su madre vivía en San Cristóbal de Las Casas. El 9 de junio de 1995, en una carta enviada al Subcomandante Insurgente "Marcos", propuso que se le admitiera como la abuela de los zapatistas.

Nueve días después, en una carta al periódico Tiempo de San Cristóbal de las Casas, "Marcos" aceptó la propuesta.

"Por supuesto que ha sido aceptada como «Abuelita» de todos nosotros. Agradecemos su apoyo", le dijo el guerrillero.

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"La edad no es impedimento para luchar por la democracia, la libertad y la justicia en el mundo. El único impedimento es la falta de vergüenza y de dignidad.

"Para estar con nosotros no se necesita ser joven sino ser humano, así que no hay que apenarse por la edad (yo, por ejemplo, tengo ochenta y seis años y ya ve usted, soy más joven que Fidel Velázquez).

"Después de todo, la edad no es más que un montón de calendarios guardados en la piel… pero no en el corazón", le expuso "Marcos".

En diciembre del año pasado, "Marcos" envió a la fallecida un texto manuscrito suyo.

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“14/dic/19. Para mi gran abuelita Tomasini. Aun a la distancia en tiempo y geografía, su nieto la extraña, la abraza y la recuerda como siempre, es decir, a nuestro lado”, le escribió.

María Eugenia del Sordo comentó que un sobrino de doña María Luisa imprimió el escrito en una camiseta que le regaló y que la nonagenaria usó casi hasta el final de su vida.

A la "Abuela de los Zapatistas" la aniquiló la tristeza, la soledad y la angustia de ver la situación actual del mundo.

"Sus últimos días fueron de lucidez, aún escuchaba las noticias. Hace poco todavía cuando le pregunté '¿qué vamos a hacer?’, lanzó un grito sin pensarlo: 'haremos la revolución'", rememoró su hija.

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