Culiacán.— Los casos de jóvenes que son desnudados, golpeados con tablas en los glúteos y exhibidos con pancartas fijadas en su cuerpos, que llevan a cabo grupos criminales contra presuntos narcomenudistas, dejan en evidencia la ausencia de la autoridad, señalan expertos.
Al menos 16 casos se han registrado en Sinaloa entre 2019 y 2023, de los cuales seis tuvieron lugar en Guasave, cinco en Culiacán, tres en Ahome y dos en Salvador Alvarado. Al menos cuatro han muerto por los golpes, de acuerdo con un conteo realizado por EL UNIVERSAL.
Isaac Tomás Guevara Martínez, investigador universitario en Sicología Social dijo que bajo ningún concepto es justificable este tipo de humillación y castigo que se infringe a jóvenes de ambos sexos, no sólo por supuestas actividades comerciaes ilícitas, sino por conductas de tipo familiar entre parejas.
Citó que estos eventos son desprendimientos de situaciones alarmantes que han presentado en la entidad, como es el caso del conocido Culiacanazo, en el que los ciudadanos tuvieron que buscar refugio en lugares cercanos a donde se encontraban.
El investigador, quien colabora con el Consejo Ciudadano de Seguridad observó: “La sociedad no está para autocorregirse, ni los narcomenudistas para exhibir sus problemas de competencia, de ahí la urgencia de que las autoridades actúen con firmeza”.
La exhibición de dos jóvenes desnudos, con pancartas en sus espaldas y pechos, con mensajes intimidatorios para los que venden vapeadores en un recinto universitario del municipio de Guasave y luego paseados con toda impunidad por céntricas calles, ocurrido el pasado 5 de diciembre, manda un mensaje de preocupación a la sociedad de que no hay autoridad, comentó.
Guevara Martínez dijo que en el caso más reciente, en el que se observaron hombres encapuchados empuñando tablas con las que golpeaban a los jóvenes humillados, que eran paseados por pasillos y jardines de un campus universitario, el mensaje es alarmante por la descomposición social.
“En los casos en los que hombres armados bajan de camionetas a personas desnudas, con pancartas con textos que los tildan de delincuentes, y los obligan a recorrer la vía pública, lo que hace pensar es que estos les mandan a decir a sus competidores: ‘Aquí no pueden operar, son nuestros terrenos’”, puntualizó el investigador.
Subrayó que por lo que se conoce y se divulga en redes sociales, no todos los casos que se han presentado se ven asociados en forma directa a disputas de espacios o mercados entre narcomenudistas. También se han presentado acciones que se interpretan como correctivos entre los mismos miembros de un grupo delictivo, que no acata la sana convivencia en los hogares y generan violencia intrafamiliar, destacó el investigador universitario.
Uno de los primeros casos que se presentó en la capital del estado se trató de un hombre de complexión gruesa, mayor de 40 años, que fue obligado a caminar desnudo, seguido por los ocupantes de un vehículo que lo filmaron, con comentarios de que se trataba de un castigo por golpear a su esposa, recordó.
El catedrático indicó que se percibe que los programas de apoyo dirigidos hacia jóvenes no cumplen sus objetivos, por lo que la sociedad tendrá que entrar en un proceso de autoevaluación para impulsar los cambios necesarios para que sean eficientes.