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Chilpancingo.— La madrugada del sábado 10 de junio Elizabeth Catalán Olalde, su esposo Eloy Peralta García, el hijo de ambos, Diego Gael, y su novia, Brithany Castro Santiago, salieron de Chilpancingo rumbo a la comunidad de Palo Blanco a dejar a un pariente.
Eran las 12:00 horas, avisaron que pasarían a comprar para cenar, dejaban al padrino de Diego y regresaban.
A las 2:30 de la mañana, Diego envió un mensaje de texto a su hermana para avisarle que iban de regreso a Chilpancingo, pero eso no ocurrió. No llegaron y ninguno de los cuatro ha vuelto a responder un mensaje o una llamada.
Ayer, unas 100 personas, entre familiares, amigos y compañeros de la familia Peralta Catalán marcharon para exigir a las autoridades que los localicen con vida.
Guadalupe Olalde, la madre de Elizabeth, explicó que pudieron haber sido desaparecidos en el tramo de la carretera federal, que va de la comunidad de Palo Blanco al poblado de Petaquillas, en la entrada de Chilpancingo.
Ese territorio, de acuerdo con las autoridades, es controlado por la organización criminal Los Ardillos.
Este jueves, cuando los manifestantes llegaban a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), en redes sociales y en un grupo de Whats-App circuló un video en el que se ve a Elizabeth, Eloy, Diego y Brithany, todos con las manos atadas, junto a otros tres hombres. A todos los interrogan y los obligan a confesar crímenes.
Desde el martes, la Comisión Estatal de Búsqueda, la FGE, colectivos de familiares de desaparecidos han realizado búsquedas en la carretera federal, donde se sospecha que fueron desaparecidos. Este jueves, se llevó a cabo un operativo en la comunidad de Petaquillas.