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Chilpancingo.— Familiares de detenidos por la toma de casetas en Morelos protestaron en el Palacio de Gobierno de Guerrero y en la delegación de la Fiscalía General de la República (FGR) para exigir su liberación y pedir la intervención del gobernador Héctor Astudillo Flores.
Los manifestantes acusaron que el juez de Control en Cuernavaca desechó las pruebas que presentaron en la última audiencia, en las que, presuntamente, exhibían que los choferes retenidos estaban libres y cobraron por participar en las tomas.
“Pensamos que es injusta la acusación que les están haciendo. El delito grave es el de secuestro, pues ellos no tuvieron nada que ver. Lo que podemos aceptar es la obstrucción a las vías de comunicación, que es la toma de casetas”, afirmó Jayde Rendón, familiar de uno de los detenidos.
Los manifestantes indicaron que alrededor de 80 detenidos son de Guerrero, de los cuales, aproximadamente la mitad son menores de edad.
Los familiares reconocieron que, a diferencia de los indígenas de Ometepec, sus parientes sí sabían que iban a botear a la caseta de Alpuyeca y sí sabían que no se trataba de una protesta social: “Fueron por necesidad, porque no hay trabajo, porque no tenían dinero, por eso fueron”, argumentaron.
Sin embargo, negaron que sus familiares hayan secuestrado a los choferes de los tres autobuses (un Pullman y dos de la línea Costa Line) y las pruebas de eso fueron desechadas por el juez.