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Guadalajara.— Unas 6 mil 500 personas marcharon la tarde de ayer casi 6 kilómetros desde la glorieta de los Niños Héroes hasta las instalaciones de la Fiscalía de Jalisco, en la calzada Independencia, en el centro de Guadalajara, para exigir que el gobierno federal colabore en la búsqueda de Javier Salomón Aceves Gastélum, Jesús Daniel Díaz, Marco Ávalos y Ulises Arellano, estudiantes desaparecidos desde el lunes 19 de marzo.
Antes de arrancar la marcha, rebautizaron simbólicamente la glorieta de los Niños Héroes, como “Glorieta de las y los desaparecidos”, según se leía en una gran manta.
En la caminata los estudiantes gritaban: “No son tres, somos todos”, “¡Ni uno más!” y “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
Después de caminar más de 90 minutos por la avenida Niños Héroes y la calzada Independencia, el contingente se plantó frente a las instalaciones de la fiscalía y exigió que el encargado de despacho de la Fiscalía Especializada en Desapariciones, Dante Haro, saliera a atenderlos.
Mientras se esperaba la respuesta de las autoridades, algunos estudiantes informaron que durante la asamblea celebrada el viernes en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara (UdeG) se acordó convocar a todos los candidatos a la Presidencia de la República y al gobierno de Jalisco para que debatan y expliquen “cómo chingados van a detener las desapariciones”.
Además, dijeron que se busca crear una articulación estudiantil con todas las universidades del país para vincularse con otros sectores organizados y exigir la derogación de la Ley de Seguridad Interior y la desmilitarización.
“Enrique Peña Nieto —Presidente— inició su sexenio con una gran movilización estudiantil, a la mitad de su periodo tuvo otra y se irá con una más, pero ésta no se apagará”, arengó uno de los estudiantes que tomaron el micrófono para hablar.
Dado que tres de los jóvenes desaparecidos estudian cine en el Centro de Arte Audiovisual (CAAV), también se convocó a la comunidad artística a “resignificar” las esculturas emblemáticas de cada ciudad para que “en todo el puto mundo se enteren de que en México se está desapareciendo a las personas”.
Guadalajara está despertando. En la protesta, Guadalupe Aguilar, madre de José Luis Arana, desaparecido en 2011 y fundadora de la organización Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej), recordó que cuando su hijo desapareció nadie marchó, que Guadalajara era indiferente a esta problemática; consideró que ahora, al ver marchar a los jóvenes, la ciudad está despertando y eso es una esperanza.
Beatriz Torres Zuleta, madre de Manuel Amante Torres, originario de Jalapa, Veracruz, y desaparecido en diciembre de 2016 en Autlán, recordó que tampoco tuvo apoyo cuando buscó a su hijo.
Leticia Vázquez, madre Erika Cueto, desaparecida en Puerto Vallarta en noviembre de 2014, señaló que acudió ante el entonces rector de la UdeG, Tonatiuh Bravo Padilla, porque su hija es egresada de la carrera en Cultura Física y Deporte, pero no recibió apoyo y tampoco hubo movilizaciones como ahora.
Varias madres que buscan a sus hijas e hijos desde hace años dieron cuenta de cómo han tenido que afrontar la apatía de las autoridades y de la sociedad.
Al escuchar estos testimonios, los estudiantes reunidos en la calle comenzaron a gritar consignas de apoyo intentando mostrar su solidaridad con las mujeres.
Por su parte, Estefanía Arellano, hermana de Ulises Arellano, estudiante de Medicina del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la UdeG, señaló que la exigencia no sólo debe ser la localización con vida de su hermano y los otros tres estudiantes de cine desaparecidos en Tonalá, sino que se les encuentre con vida todos ellos.
Al final, el fiscal en Derechos Humanos, Dante Haro, y la fiscal Central, Marisela Gómez Cobos, recibieron a una representación de 15 personas integrada por algunos estudiantes y familiares de los desaparecidos para escuchar sus demandas.
Por la mañana, la fiscalía anunció que se había localizado a Pedro “N”, de 14 años, que desapareció el 20 de marzo camino a la escuela.