El pleito entre la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y autoridades del estado, nos cuentan, llegó a otro nivel mientras los tribunales resuelven si son legales o no las modificaciones a la Ley General de Educación Superior. Nos detallan que esta semana aparecieron diferentes mantas en Culiacán cuestionando al rector Jesús Madueña Molina “¿dónde habían quedado los 4 mil 700 millones perdidos en la UAS?” y firmadas por un Frente Universitario, por lo que don Jesús no dudó en acusar al presidente de la Junta de Coordinación Política, Feliciano Castro Meléndrez (Morena), quien aplicó la de Pedro Infante y reviró: “yo te lo juro que yo no fui, son puros cuentos de por ahí”, aunque varios alertan sobre el nivel que está tomando este choque. ¡Uff!

Entrenamiento político

Desde Yucatán nos comparten que el exclavadista olímpico y diputado federal Rommel Pacheco Marrufo (PAN) se está preparando para las elecciones de 2024 como si fuera a una competencia mundial. Nos indican que el joven Rommel no pierde la oportunidad de presumir su cercanía con el gobernador Mauricio Vila (PAN), quien recientemente le ganó “una reta” de lagartijas, además se siente seguro de “agarrar hueso”, pues “su tirada” es llegar al Senado, aunque no le desagradaría ser abanderado por la alcaldía de Mérida o hasta de gobernador, pero por ahora, el joven Rommel se concentra en hacer “entrenamientos políticos”, acudiendo cada fin de semana a colonias de Mérida a ganar seguidores. ¡Qué tal!

Exgóber no se quiere ir

El que sigue abriendo debate en Tamaulipas, nos comentan, es el exgobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca (PAN), quien “ha sido cuchillito de palo” con el mandatario Américo Villarreal (Morena). Nos relatan que don Francisco usa sus redes sociales para presumir “lo bien que dejó el estado en seguridad” y acusó a don Américo de crear cortinas de humo para ocultar otras cosas; sin embargo, algunos dicen que don Francisco debería ser más “pico de cera” y entender que su mandato terminó, por lo que le recomendaron aplicar la frase que pregonó: “de que se va, se va”, para dejar trabajar a don Américo. ¡Ouch!