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"Han llegado a Nogales migrantes que vienen contagiados de Covid desde Texas y son deportados por esta frontera", dijo Francisco Loureiro Esquer, representante legal del donde se han confirmado 33 casos positivos en las últimas dos semanas.

Comentó que los migrantes viven hacinados y se están contagiando unos a otros, debido al sobrecupo.

El Albergue tiene capacidad para 200 migrantes, pero han llegado a tener 380 en sólo un día.

Al no tener espacio en los dormitorios, familias enteras se quedan en la capilla y cuando no pueden más duermen hasta en la cocina.

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“Mi padre jamás permitía que un migrante se quedara sin techo y sin comer, y nosotros seguimos la misma manera de actuar”, comentó Francisco Loureiro, hijo de fundador del albergue don Francisco Loureiro.

Hay días seguidos en que se reciben hasta 300 migrantes, la mayoría de ellos originarios de Guatemala, Honduras, El Salvador o el sur de México.

La mayoría de los migrantes que llegan al albergue San Juan Bosco, fueron detenidos o ellos se entregaron a las autoridades en el estado de Texas, posteriormente los trasladaron a Arizona por avión y luego llegaron hasta la frontera de Nogales en autobús. Así fueron expulsados.

Debido a la generosidad de la sociedad, para el albergue ha sido posible sufragar los gastos que implica la atención de estas personas deportadas en forma masiva.

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“Gracias a Dios la ciudadanía ha respondido, nos han estado apoyando tanto en Nogales, Sonora, como de Arizona”.

Comentó Loureiro que han recibido apoyo con medicamentos, comida, pañales, artículos de aseo, desechables y agua, principalmente.

El albergue San Juan Bosco desde hace más de 38 años, ha ayudado con alimento y alojamiento a casi dos millones de personas en tránsito, ya sea que buscan internarse a Estados Unidos o que son expulsados.

Aún en medio de la pandemia las tareas humanitarias lejos de disminuir, se intensifican con el riesgo para los voluntarios, de contraer Covid-19.

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De esta forma, el fundador del albergue don Francisco Loureiro murió el pasado 18 de diciembre, tras no superar el Covid-19.

El albergue es atendido por la familia Loureiro, incluso, la doctora Estefania Bustamante, nieta de los fundadores es quien después de su jornada como médico, aplica las pruebas Covid-19 que les provee la Secretaría de Salud.

En medio de esta crisis por las deportaciones aceleradas que realiza el gobierno norteamericano, hay personas esperando cita para solicitar asilo a los Estados Unidos y siguen llegando más migrantes a la frontera con la esperanza de cruzar como indocumentados al vecino país.

om/rdmd

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