Durango.- Pedro Martínez es trailero y en lo que va del año ya fue asaltado dos veces: “Hace 10 años, el lugar donde se parara uno, era seguro; ahora, el lugar donde se siente seguro, ahí lo van a joder”, comenta el chofer que lleva 26 años recorriendo carreteras.
Pedro, de 45 años, se halla en una parada sobre el periférico de Gómez Palacio, Durango, viene de Culiacán. El primer asalto que sufrió en el año fue en Celaya. Apenas en enero. El trailero decidió detenerse cerca de una caseta de cobro. Eran las tres de la tarde y decidió dormir. De repente oyó un grito, despertó y miró un arma de fuego apuntándole. Le quitaron su cartera y mil pesos.
Sin embargo, lo que le dolió es que le hayan robado la cartera porque ahí iba su licencia. “Es lo que perjudica porque cuesta sacarlas entre 4 mil y 5 mil pesos”, lamenta.
Otra cosa que duele, detalla, es que cerca había una patrulla de policía. “Voy y les reclamo, me dicen que no hacen nada porque luego también los chingan. Entonces cómo, quién nos defiende”, recrimina.
Los patrones, comenta, sólo les ayudan con algo de dinero, pero no cubren todo el robo. Esa vez decidió denunciar ante el Ministerio Público de Celaya, pero le dijeron que no tenía caso: “No lo vamos a recuperar, no tiene caso moverle”, le dijeron. Cuando fue a entregar la sandía en Celaya, le platicó al dueño de la bodega lo que le pasó. “A mí hace semanas me pidieron 20 mil pesos de cuota”, le mencionó éste como si tratara de consolarlo por la pérdida.
Pedro es del estado de México y desde allí viaja a distintos estados. “No estamos seguros en ningún lado”, recalca. Esa vez de Querétaro llevaba tomate.
En otra ocasión, años atrás, cuenta que lo pararon policías federales. “Qué lleva”, le preguntaron. “Paquetería”, respondió Pedro, y lo dejaron ir. Sin embargo, kilómetros adelante lo asaltaron y le quitaron la mercancía. “Siento que ellos dan el pitazo. Nos chingan en lugar de ayudarnos, van contra nosotros”, refiere sobre los policías.
Pese a todo le gusta su trabajo. “Se arriesga uno, pero de aquí ha salido para la familia”, defiende. “Duele que uno trabaja y trabaja, deja de ver a la familia para que unos tipos lleguen y así como así te roben”, reclama.