Morelia.— El sacerdote Mateo Calvillo Paz, quien fue agredido la semana pasada por un desconocido, dice que una agresión como la que él sufrió le puede pasar a cualquiera debido a la violencia que se vive en el país e hizo un llamado al gobierno federal a que proteja a los ciudadanos, no a los criminales, y que no polarice.
En entrevista con EL UNIVERSAL, consideró que el gobierno federal “está desprotegiendo a los inocentes y protege, ya lo dijo la autoridad, a los narcos, porque ‘también son seres humanos’. Entonces, está cargada la protección hacia ellos [los narcos] y la multitud de mexicanos inocentes estamos desprotegidos”.
Resaltó que lo que le sucedió “es un caso típico de lo que está pasando y lo mío me salió barato, porque el mismo día cuántas masacres hubo; cuántos muertos hubo el mismo día”.
“Yo creo que mi agresor se fue tan tranquilo y tan quitado de la pena, porque no pasa nada. Hay crímenes más graves y no pasa nada. La autoridad está distraída y no está cumpliendo”, expuso e hizo un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador para que cumpla su deber de proteger la vida de los ciudadanos y los derechos humanos.
“Es lo primero (...) Y también que no polarice, que no se cree un ambiente de jungla, de estar todos contra todos, porque hay ese ambiente ya”, expuso.
Sobre la agresión que sufrió, el sacerdote contó que estuvo hospitalizado y fue dado de alta la noche del domingo. Ahora convalece en su casa, donde la mañana de ayer se preparaba para presentar la denuncia ante la fiscalía de Michoacán.
“Siempre he dicho que hay que denunciar esto, que no hay que quedarse callados. Ahorita se habla mucho del silencio de los buenos, que nos hace mucho daño también. Hay que denunciar, y no es odio, no es deseo de destrucción, no. Simplemente que las cosas se pongan en orden, que se haga justicia y que se aplique la ley”, expresó el sacerdote.
El ataque
El padre Calvillo relató que el pasado miércoles había ido a la región oriente de la entidad a visitar a un enfermo con cáncer. A su regreso al anochecer, en la entrada del municipio de Queréndaro, un sujeto en un auto compacto le cerró el paso y lo golpeó.
“Bajó un tipo furioso, muy alto de 1.90 metros, muy fuerte y diciendo incoherencias de un perrito atropellado y se vino a golpes. Me destrozó la cara”.
Calcula que la agresión duró cerca de tres minutos; en los que el sujeto le reclamaba entre golpes haber atropellado un perro, situación de la cual el sacerdote dice no tener conocimiento.
Tras el ataque, el sacerdote fue auxiliado por dos personas que lo llevaron con el párroco del lugar, quien lo acompañó a una clínica particular, donde recibió las primeras atenciones y posteriormente fue trasladado a un hospital de Morelia.
El también responsable de la Comisión de Evangelización en Radio y Televisión para la Arquidiócesis de Morelia afirmó que temía que una agresión así podía pasarle, “porque todos estamos expuestos a esto y por eso he hecho la denuncia mediática, para llamar la atención de que necesitamos cuidarnos.
“Una banda de chacales, de sicarios, anda por todas partes y nadie nos protege. Estamos expuestos a todo”.
Calvillo Paz expuso que ahora, más que nunca, se siente cerca de todas las víctimas de la violencia en el país, “porque compartí un poquito su suerte”.
“Esa suerte de inseguridad e injusticia. Aunque soy consciente de que me salió barato, porque [el agresor] me pudo estallar los ojos, me pudo acabar, y a otros sí los acaban”.
El padre hizo un llamado a la ciudadanía a cuidarse mucho ante la violencia. “Esto nos puede pasar a todos y estoy tentado a decir nos va a pasar a todos”.
Dijo que México está inmerso en un ambiente muy violento “y la comparación de la jungla es oportuna, porque hay muchos que atacan y la autoridad que ha azuzado y ha empujado la división con ese lenguaje de descalificar, de tener adversarios y todo eso ha creado ese ambiente”.
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