Salina Cruz.— Las coronas de flores y la fotografía de Heber López Vásquez están recargadas sobre la puerta de vidrio y la cortina de acero que resguarda la oficina del periodista, donde la noche del jueves 10 de febrero dos hombres le dieron cinco tiros frente a su hijo.
Al féretro de madera, frente a la pequeña oficina que Heber acondicionaba desde hace dos meses, lo rodean sus compañeros y amigos periodistas que, entre porras, aplausos y exigencias de justicia, lo despidieron.
Su padre, Fernando, en silla de ruedas, le lloró; sus hermanos y madre se quebraron, mientras la banda de música intensificó más la tristeza con su canto fúnebre.
El primero en tomar el micrófono y realizar un responso fue un sacerdote, para luego solicitar la palabra a uno de sus vecinos y amigo quien, a nombre de la comunidad periodística del Istmo de Tehuantepec, exigió justicia y solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador que ningún comunicador más sea asesinado.
“Estamos aquí para despedirte, amigo Heber. Desde el puerto de Salina Cruz, le pedimos al presidente López Obrador: ya no queremos saber que otro compañero reportero sea asesinado. Es el grito de justicia de todos los periodistas del país”, expuso, para después pedir aplausos para el comunicador con más de 15 años de trabajo en el medio.
Irvin, hermano de Heber, también periodista, con mucho esfuerzo agradeció a nombre de su familia las muestras de cariño, y aseguró que no olvidará.
La despedida de Heber afuera de su oficina duró media hora, tiempo suficiente para que los periodistas de la región brindaran compañía y solidaridad a la familia del reportero.
Horas antes, Heber recibió oraciones y una misa de cuerpo presente en la iglesia de la Santa Cruz, en este puerto. Posteriormente, sus familiares, amigos y colegas salieron por las calles de Salina Cruz, caminando detrás de la carroza.
Heber fue sepultado en el panteón municipal. Aunque está prohibida la entrada de muchas personas, debido a la contingencia sanitaria por Covid-19, los que resguardan el lugar no pudieron contener a la gente.
En el interior del panteón, rodeando el sepulcro, también sus compañeros periodistas le brindaron porras.
El reportero Rodolfo Canseco, director de RCP Noticias, despidió a su amigo enumerando sus cualidades como buen padre, hermano, hijo y compañero. Hizo un llamado a las instancias de gobierno y pidió una ley que ayude a los periodistas a prevenir actos violentos.
Durante la mañana del sábado, mientras Heber era velado en su domicilio, a 38 kilómetros de distancia, los dos sujetos detenidos como los presuntos autores del homicidio fueron llevados, con un fuerte operativo de seguridad, al Centro Penitenciario Varonil de Tanivet, ubicado en Tlacolula, en los Valles Centrales de Oaxaca.
Ambos se encontraban recluidos en el penal de Santo Domingo Tehuantepec, tras ser detenidos con un arma de fuego por la policía municipal de Salina Cruz, minutos después del asesinato del periodista.