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Nezahualcóyotl, Méx.— Frente a los restos de suhijo Braulio, quien en 2016 murió atropellado con tansólo 13 años y durante seis más su familia lo buscó hasta que lo encontraron en la fosa común del Panteón Dolores, su padre clamó justicia porque fue víctima de una cadena de errores de las autoridades de la Ciudad de México, las cuales impidieron su plena identificación.
El lunes pasado, después de varias pruebas forenses que permitieron saber que se trataba de él, sus restos le fueron entregadas a sus familiares y ayer fue velado en su domicilio ubicado en la colonia Metropolitana Segunda Sección, en Ciudad Neza.
Un sacerdote ofreció una misa para pedir por su eterno descanso y hacer un llamado a las autoridades para que busquen y encuentren a todas las personas que han desaparecido en el país, a fin de que sus familias no sufran por su ausencia.
El 28 de septiembre de 2016, Braulio salió de su casa en Ciudad Neza para ir a ayudar a su mamá, quien trabajaba en un puesto de tortas en el paradero del Metro Pantitlán. Fue lo último que supieron de él.
Las autoridades capitalinas clasificaron el cadáver como el de un adulto, de alrededor de 20 años. El 8 de abril pasado, después de la presión ejercida, la familia fue notificada que los restos de Braulio estaban en un panteón capitalino.
El 29 de agosto, luego de seis años de incansable búsqueda, dolor y sufrimiento, los padres de Braulio se reencontraron con él para darle el último adiós. Por la tarde fue sepultado en el Panteón Los Rosales de Neza.
El conductor que lo arrolló en las inmediaciones del Metro Pantitlán fue detenido y sentenciado, según información que proporcionó la fiscalía capitalina a la familia.
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