Rosa Yolanda Zamudio Jasso
, esposa de Juan Carlos Padilla , señaló que su marido no era la persona a la que los policías ministeriales buscaban, porque al interceptarlo lo llamaron Martín, y enseguida lo sometieron sin darle oportunidad a que se identificara.
Tampoco le mostraron la orden de aprehensión, lo golpearon, subieron a la caja de una camioneta, en donde -dice- lo siguieron golpeando.
Rechazó que la causa de la muerte de Juan Carlos sea por un paro cardíaco, como le aseguraron en la Fiscalía. “Me dijeron que a mi esposo le había dado un paro cardíaco, eso no es cierto”, comentó con la voz quebrada.
“No es posible que le haya pasado eso a mi esposo”, comentó.
A la Fiscalía llegó el cuerpo con las marcas de los golpes que recibió de los policías ministeriales, y en el Hospital General de Celaya se generó una ficha en la que consta que lo ingresaron al área de urgencias sin signos vitales.
“No es justo lo que le hicieron”, expresó Zamudio Jasso. Pidió que se haga justicia por la muerte de Juan Carlos.
Procuraduría de Derechos Humanos ya investiga
La Procuraduría de Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (PDHEG) investiga la muerte del comerciante de tamales Juan Carlos Padilla Arana , al ser detenido y presuntamente golpeado por elementos de la Policía Ministerial del Estado.
La PDHEG recibió la denuncia de la esposa del fallecido dentro del expediente de queja 103/2020-CI, que había iniciado de forma oficiosa, y requirió informes al Director General de Investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) y del director del Hospital General de Celaya, a donde el comerciante ingresó sin vida y con huellas de violencia.
Los investigadores de Derechos Humanos realizaron una inspección en las calles Felipe Ángeles y Jaime Nunó, de la colonia Resurrección, en donde Juan Carlos Padilla, de 54 años de edad, fue interceptado por agentes de Investigación Criminal cuando se dirigía al Mercado de los Lunes en compañía de su esposa y de su nieta se seis años de edad.
Los defensores analizaron la escena de los hechos y realizaron indagatorias para recabar pruebas e identificar testigos que contribuyan a la investigación.
La PDHEG informó que la familia aceptó el ofrecimiento que le hizo para que se le proporcione acompañamiento psicológico a tres de los integrantes.
A Juan Carlos Padilla le sobreviven su esposa, una hija y un hijo; dedicó los últimos 30 años de su vida a preparar y vender tamales con la ayuda de su esposa e hijos, incluso logró dar empleo a diversas personas para la comercialización. Fue un hombre trabajador que iniciaba su jornada a las 5 de la mañana, cuentan. “No se metía con nadie, iba del trabajo a su casa”.
afcl/rcr