Guanajuato.— “Querétaro está a nada de convertirse en un nuevo Guanajuato”, señaló el analista en Seguridad, David Saucedo, tras la masacre en el bar Los Cantaritos, que dejó 10 muertos y 13 heridos.
Indicó que hace diez años el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL) tomó Querétaro como una especie de santuario, donde residían sus integrantes, convivían y se reequipaban para volver a Guanajuato, pero la incursión del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) cambió el panorama.
“De ahí que la batalla que va a haber en Querétaro por el control de la ciudad va a ser muy violenta”, expuso.
Describió que las condiciones que estructuralmente generaron la violencia en Guanajuato son las mismas que hay en Querétaro: se trata de los mismos grupos de narcotráfico, se trata de ductos de Pemex, el robo de combustible, y del control de una zona metropolitana para la venta de drogas al menudeo.
“Lo que tenemos es, en el fondo, un conflicto entre los dos grupos criminales, una situación muy similar a la que se vive en Guanajuato entre las mismas organizaciones, peleando por los mismos objetivos”, agregó.
“En cierto sentido, lo que ocurrió en Querétaro es una expansión de la guerra que se vive en Guanajuato. Estamos ante la posibilidad de que Querétaro se convierta en un nuevo Guanajuato”, matizó.
Consideró que las autoridades estatales y municipales toleraron la presencia del Santa Rosa y se contuvo a las células de Jalisco, pero no fue suficiente.
El consultor en seguridad señaló que la matanza en Los Cantaritos no es un hecho aislado, y recordó el asesinato de nueve personas localizadas en ductos de Pemex de la zona rural, en enero pasado.
David Saucedo calificó el ataque como un acto de narcoterrorismo, en el combate de grupos criminales en la zona metropolitana, aunque las autoridades digan que no es así.
Según las autoridades federales, el objetivo habría sido un personaje apodado La Flaca, que tenía el control de la actividad criminal del CJNG en esa región y que habría sido el blanco del CSRL.