Más Información
Renuncia Jorge Mario Pardo Rebolledo, ministro de la Suprema Corte; “rechazo injurias e insultos de los que he sido objeto”
Seis consejeros del INE buscan impugnar leyes secundarias de reforma judicial; cuestionan facultades de Taddei
Marko Cortés pide licencia al Senado; “está en España”, se queda Gudiño Magaña como suplente: Noroña
Cuernavaca, Mor.- El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Ramón Castro Castro, afirmó que el caso de su homólogo Salvador Rangel, obispo emérito de Chilpancingo, tiene una característica de persecución y acusó la puesta en marcha de una fábrica de miles de bots de “ya saben quien” para atacar a la iglesia.
Desde la catedral de Cuernavaca, Castro Castro afirmó que el tema de monseñor Salvador Rangel, reportado desaparecido desde el sábado 27 de abril y encontrado el lunes 28 en el hospital general de Cuernavaca, ha sido tomado como un instrumento político.
“Por si fuera poco, esta situación ha sido tomada como un instrumento político. Miles de bots, personas interesadas en dañar la autoridad moral de la iglesia, que por gracia de Dios ha retomado una fuerza, han visto la oportunidad, miles, miles, es una fábrica de bots de ‘Ya saben quien’, esta atacando a la iglesia y dijeron ‘vamos a aprovechar este momento y vamos a darle con todo para que la iglesia pierda su autoridad moral”, expresó el también obispo de la diócesis de Cuernavaca.
También lee Episcopado Mexicano pide no especular en el caso del obispo Salvador Rangel
En su homilía compartió con alegría la declaración de ayer del fiscal general Uriel Carmona Gándara en el sentido de que existen todos los elementos de un secuestro exprés
“Le digo, ¿tiene pruebas?”, dice que le preguntó.
“Tengo todos los videos”, le respondió el fiscal.
En todo caso, subrayó el jerarca católico, si monseñor Salvador Rangel “eventualmente hubiera algo que acusar, la iglesia tiene su derecho canónico, la ley de la iglesia es fuerte y quien viola esa ley merece una pena y no tapamos a nadie, a nadie”, sostuvo.
“Están haciendo conjeturas”: obispo
Desde el púlpito, Castro Castro dijo a los feligreses que hasta ahora no hay pruebas fidedignas sobre el supuesto acto incorrecto cometido por su homólogo, tampoco ha tenido la oportunidad de defensa, “no ha sido capaz a consecuencia de la droga que le inyectaron, de poder defenderse y decir exactamente qué pasó”, expuso.
Por lo tanto, apreció, se están haciendo conjeturas a la ligera desde que apareció en el hospital José G. Parres de Cuernavaca. Esas conjeturas, insistió el prelado, están confundiendo a muchísima gente y sobre todo están poniendo en evidencia la maldad que tiene el corazón humano.
Luego habló de los miles de bots usados para multiplicar la acusación contra el obispo de Chilpancingo, y lamentó que lejos de buscar la verdad y la justicia solo confunden a las personas, “y a las personas que no nos quieren les dan leña para el fuego, que triste, duele”, dijo.
“Dónde está el respeto a la dignidad de la persona, dónde está el derecho de réplica, no hay. Por eso hacemos un llamado a todas las autoridades y los medios de comunicación a conducirse con objetividad y con respeto. Cualquier persona humana merece respeto y les pedimos a quienes tienen que hacer su labor de investigación que lo hagan con profesionalismo y apegado a la ley y a la ética.
“Una vez que monseñor Salvador tenga la capacidad de declarar sabremos a fondo qué ha sucedido”, aseguró.
El secretario general de la CEM respondió así a las declaraciones del comisionado estatal de seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros, quien confirmó que no existen elementos para suponer secuestro exprés contra el obispo Salvador Rangel Mendoza.
“Hasta donde sabemos entró voluntariamente al hotel, con una persona del mismo sexo, y esa persona después se retiró”, declaró el jefe policiaco a la prensa.
Sin embargo, el primero que puso en duda el secuestro exprés fue el secretario de gobierno en funciones de gobernador, Samuel Sotelo Salgado, al revelar que el obispo fue visto por última vez en una pizzería del municipio de Emiliano Zapata, donde se reunió con un trabajador de ese negocio.
LL