Monterrey.- El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano y arzobispo de esta ciudad, Rogelio Cabrera López , llamó a un frente común a especialistas, autoridades, padres de familias, empresarios e iglesias, para evitar que continúe la violencia en las escuelas .
Recomendó poner límites en el uso de tecnologías a los niños, y destinar mayor tiempo a la convivencia familiar, entre otras acciones para evitar incidentes como el registrado en Torreón, Coahuila , donde un estudiante de once años disparó contra su maestra y otros alumnos de un colegio privado.
En una reflexión sobre el caso, Cabrera López señaló que ante el incremento de hechos violentos cometidos por menores de edad, se hace urgente retomar el tema del cuidado y atención a los niños por parte de los padres , tutores o responsables, pues no debemos permitir que crezcan solos a merced de desconocidos, o bajo la “guía” de las modernas tecnologías que, serán de ayuda, cuando haya supervisión y acompañamiento de quienes saben discernir los contenidos.
Apuntó que las tecnologías son una ayuda para la comunicación y el encuentro de las personas, pero como en todas las realidades es necesaria la mesura, el equilibrio y el uso ordenado. Por ello, puntualizó, no hay que tener miedo de poner reglas en el uso de las tecnologías, pero a la vez se debe de disponer de momentos exclusivos para convivir en familia.
No podemos condenar las tecnologías porque son fruto del conocimiento humano, pero deben estar al servicio de las personas, de ahí que los responsables de revisar los contenidos de cine o televisión, y los videojuegos, deben tener mucho cuidado y atención para que no generen violencia, dijo el arzobispo de Monterrey, quien insistió, el problema no es el instrumento, sino aquél que lo maneja, y no es prohibiendo su uso que las cosas van a mejorar.
Asimismo, pidió no dejar que el afán por querer tener una mejor condición económica nos lleve a vivir en una carencia afectiva que puede desencadenar un sinfín de ambientes que en nada abonan al sano crecimiento de la persona y la familia.
Cabrera López llamó a formar un frente común para buscar alternativas que ayuden al sano equilibrio, entre la convivencia familiar, el trabajo, el estudio y el descanso; es decir hacer lo necesario para que podamos vivir en armonía y paz.
Convocó a este esfuerzo a los padres de familia, maestros, especialistas en desarrollo infantil y familiar, y a los mejores terapeutas, que serían apoyados por las autoridades de educación y salud, empresarios, así como todas las iglesias y religiones.
Comentó que ante el clamor que existe también en las universidades para que la educación no se vea como un bloque monolítico donde sólo importa el aspecto académico, el Papa convocó a un encuentro internacional para un pacto educativo, donde además del conocimiento científico se incluya la parte ética y moral, así como el sano esparcimiento y convivencia, porque es una lástima que las escuelas son sólo pasillos y no lugares de encuentro entre los jóvenes.
Expuso que todas las escuelas privadas y públicas requieren terapeutas, ya no sólo un prefecto de disciplina, aunque admitió que esto implica un gasto grandísimo, pero se tiene que comenzar a buscar una solución.