Al grito de “¡justicia, justicia!”, con llanto y flores, familiares catedráticos y amigos dieron el último adiós en el panteón municipal al biólogo y profesor con licencia de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICH), Adán Gómez González, cuyo cuerpo fue localizado el sábado en el municipio de Chiapa de Corzo.

Los aplausos reiterados y el clamor de justicia marcaron el adiós del maestro de 37 años, quien también era doctorante en Ciencias por la UNAM, estaba casado con una bióloga de nombre Karla y era padre de un menor.

El joven biólogo fue reportado desaparecido la noche del pasado jueves después de reunirse con un amigo en una plaza comercial en el poniente de Tuxtla.

El sábado, unos comuneros encontraron el cuerpo de Adán apuñalado en una carretera de Chiapa de Corzo, informó la Fiscalía General del Estado (FGE), sin que se tengan indicios de los homicidas.

La fiscalía indicó que la víctima presentaba diversas lesiones de arma punzocortante, aunque aclaró que  hasta después dará a conocer la causa de muerte con los resultados que arroje la necropsia e indicó que no se descarta ninguna línea de investigación.

El homicidio desató la indignación en redes sociales y la comunidad académica. Catedráticos y estudiantes marcharon el sábado en el centro de la capital para exigir justicia y que sean detenidos los  responsables del homicidio.

Ayer, durante el sepelio, Olga González, madre del también promotor de proyectos comunitarios de preservación ambiental y de desarrollo autosustentable, lamentó la falta de resultados para dar con los agresores: “Manos criminales lo llevaron de mí, no es justo; la justicia divina es la única que se va a encargar”, dijo.

“Agradezco por los 37 años durante los cuales lo amé, lo seguiré amando, estará en mi corazón, porque Adán fue maravillosamente amoroso”, expresó a los presentes en el sepelio.

Karla pidió preservar la memoria y las aportaciones profesionales de quien fue su compañero de vida y padre su menor hijo.  “Él [su hijo] necesita que se hable de su padre, que todos hablen de él”, indicó la viuda.

Aseguró que el menor será en adelante su motor de vida, “por lo que tengo que estar bien. Quienes han querido bien a mi esposo constituyen también mi fuerza”, destacó.

Catedráticos y alumnos que convivieron con Adán coincidieron en ponderar el compromiso profesional, social y humano del biólogo, a quien describieron como un docente e investigador impulsor de diversos proyectos de conservación y desarrollo ambiental sustentable.

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