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Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Entre llanto e impotencia, Brenda Melisa Fernández, madre de Diego Alfredo Muñiz Fernández, un joven de 18 años, denunció la ejecución extrajudicial de su hijo por parte de elementos de la Guardia Nacional.
El joven salió de su hogar el sábado 12 de octubre para visitar a su novia, pero al tardar más de lo normal, su madre comenzó a buscarlo.
"Me dijeron que había una balacera y me fui a buscarlo, cuando llegue los de la Guardia Nacional me dijeron que me fuera a la ver… de ahí”, relató la madre entre lágrimas.
Comentó que sólo quería información, pero se la negaron por lo que tuvo que retirarse del lugar. Dijo que fue hasta el domingo, cuando se enteró que Diego había sido llevado sin vida a un hospital local.
Aunque hasta el momento las autoridades no han dado información sobre estos hechos, trascendió que durante la balacera del sábado, elementos de la Guardia Nacional se enfrentaron a civiles armados.
Sin embargo, Raymundo Ramos Vásquez, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, manifestó que Diego estaba en la cajuela de una camioneta.
“No pudo haber disparado, mucho menos enfrentado a la Guardia Nacional”, afirmó.
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Expresó que las evidencias sugieren que su cuerpo presentaba múltiples lesiones y torturas, lo que contradice la versión oficial de un enfrentamiento.
Brenda Fernández expone con angustia que su hijo no tenía la capacidad física para haber sido uno de los agresores ya que padecía de diversas enfermedades y era un joven tranquilo.
“Él tenía agua en los pulmones y no podía correr, fue tratado como un criminal y se le sembró un arma para justificar la actuación de las autoridades".
El cuerpo de Diego fue velado entre sentimientos de dolor, impotencia y peticiones de justicia.
“No se vale que esto suceda. Sólo quiero que me ayuden a que el asesinato de mi hijo no quede impune”, pidió la madre de Diego.
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