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Xalapa.— Minatitlán le lloró a Valeria. Con flores, aplausos y el dolor de la constante e incesante violencia que se vive en la región; amigos y familiares velaron sus restos: el joven cuerpo que el jueves pasado quedó tendido en un gimnasio, tras ser atacado a balazos.
En la entrada de la funeraria Cristo Rey estaba ella. Una fotografía suya —donde se le veía sonreír con franqueza— recibió a sus seres queridos. Las lágrimas y las condolencias brotaron en este municipio, localizado en el sur de Veracruz y que ha sido duramente golpeado por la delincuencia organizada durante más de una década.
Así, mientras un impresionante operativo de seguridad —implementado por la Secretaría de Marina-Armada de México y la Policía Estatal— se desplegaba en la zona, la doctora Carmen Medel Palma le decía adiós a su niña, a su hija de 22 años.
Con el rostro descompuesto y en medio de llanto, la también diputada federal recibió el ataúd. En tanto, sus familiares cercanos acomodaron decenas de ramos de flores y coronas, enviados por políticos, académicos y amigos de joven.
La legisladora recibió el abrazo de los amigos que hizo al amparo de su profesión de médico. Sin embargo, esta vez el dolor la llevó a dejar de lado su acostumbrado saludo: una palmada al hombro, acompañada de la frase “¿Hola!, ¿cómo estás?”.
Al lugar arribaron también algunos alcaldes de la zona. Se esperaba la llegada del gobernador electo, el morenista Cuitláhuac García Jiménez, pero no hasta la tarde llegó. Las medidas de seguridad en el exterior e interior dificultaban el ingreso.
Víctimas de la delincuencia. No es la primera vez que la familia de Carmen Medel se duele, en 2016 la violencia tocó las puertas de su hogar. Fue durante el último año del gobierno del priísta Javier Duarte de Ochoa cuando un comando la secuestró por más de 10 días, hasta que fue rescatada por una unidad especializada de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Ese episodio en su vida fue el que le hizo aceptar la invitación de los dirigentes de Morena para participar en política. Recibió la visita del líder estatal Manuel Huerta Ladrón de Guevara, junto con el profesor Víctor Hernández y el doctor José Manuel Arias.
La médico Carmen Medel les contó la historia de su plagio y les expresó que quería participar “por todas las injusticias que existen”, como la que paradójicamente hoy enfrenta con el asesinato de su hija.
Valeria fue asesinada mientras hacía ejercicio, cuando —según la versión oficial— fue confundida con otra mujer que tenía vínculos con la delincuencia organizada.
Adiós de batas blancas. Horas antes, durante la madrugada, el cuerpo de Valeria Mariam Cruz Medel recorrió por última vez los pasillos de la Facultad de Medicina, donde estaba a punto de graduarse.
El ataúd color café, con una imagen de la Virgen de Guadalupe, arribó cerca de las 03:00 de la mañana a las instalaciones de la Universidad Veracruzana en Ciudad Mendoza.
Sus compañeros y alumnos de la institución recibieron los restos de Valeria en medio del llanto y los aplausos: hubo cánticos, alabanzas y señales de apoyo hacia la familia.
Por la mañana, los reportes policiales revelaron la aparición de cuatro cuerpos en el municipio de Ciudad Mendoza, donde ocurrió el crimen de la estudiante: les habían cercenado la cabeza y la lengua. Un fuerte operativo se montó en la Calle Francisco I. Me, entre Fernando Iglesias Calderón y Guadalupe Victoria.
Horas más tarde, el gobernador Miguel Ángel Yunes rechazó la versión del hallazgo de los restos humanos, pero señaló que hubo un enfrentamiento armado donde fue abatida una persona, presuntamente relacionada con el crimen de la joven Valeria.
En este escenario, el presidente nacional del Frente Unidos por la Cuarta Transformación de México, Elías Miguel Moreno Brizuela, dijo desconfiar de la versión de Yunes Linares y del fiscal Jorge Winckler Ortiz. Es necesario, indicó, que la PGR atraiga el caso.