El movimiento que se sintió en Puebla a las 14:03 horas de este jueves 7 de diciembre fue la señal inobjetable de que tenía lugar un sismo. Los edificios, sobre todo los más altos, se sacudieron, y algunas estructuras crujieron.
Los primeros reportes indicaron que se trató de un temblor con 5.7 grados de magnitud y epicentro a 25 kilómetros al sur del municipio de Chiautla de Tapia. Evidentemente, por su ubicación territorial, el sismo se percibió con mayor intensidad en territorio poblano.
De acuerdo con un reporte de la Coordinación General de Protección Civil del Estado de Puebla, emitido vía redes sociales a las 14:42 horas, se detalló que el movimiento se percibió en al menos 63 de los 217 municipios de la entidad.
De ellos, se indicó que se percibió en 59 municipios, incluido Puebla; la percepción fue moderada en Nicolás Bravo y fuerte en La Magdalena Tlatlauquitepec, Chila de las Flores y Petlalcingo.
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La intensidad del movimiento, que en apego a los protocolos en materia de protección civil obligó al desalojo de oficinas públicas, comercios e inmuebles en general, mientras se descartaban daños a sus estructuras, se tradujo en un escenario en donde los poblanos, así como los visitantes, intercambiaron de manera espontánea experiencias.
Narraron la forma en que percibieron el movimiento durante la evacuación, así como la forma en que algunas estructuras crujieron y parte del mobiliario urbano y cables en general se movieron.
La experiencia del sismo, en una época atípica, fue comentada por doquier, sobre todo porque en esta ocasión el epicentro se ubicó a 25 kilómetros de Chiautla de Tapia, recordándoles a los poblanos la proximidad geográfica que prevalece en una zona históricamente sísmica.
Los primeros reportes de las autoridades fueron de saldo blanco, salvo algunos sustos y el recuerdo de los edificios que crujen y se mueven por el impacto de la fuerza de la naturaleza, ante la presencia de un fenómeno que nos recuerda lo endebles que somos como sociedad.
Los tipos de sismos
Básicamente, hay dos tipos de sismos o movimientos sísmicos: el oscilatorio, en donde se tiene la percepción de que las cosas se mueven de un lado a otro, incluso en forma circular, aunque en pequeña escala, y el trepidatorio, que implica un movimiento de abajo hacia arriba, como una sacudida similar a un salto.
Aunque hay que considerar que, en ocasiones, puede presentarse una combinación de ambas variantes, en cualquier orden.
La intensidad de los sismos se mide en grados, aunque también se deben considerar la duración y el nivel de profundidad que se reporta.
Además, después de cada sismo pueden presentarse réplicas o nuevos sismos cuya intensidad no es previsible, así como el momento en que se producirán. Las réplicas no tienen que seguir el mismo comportamiento que el sismo que les dio origen.
afcl
