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oaxaca@eluniversal.com.mx
Santiago Juxtlahuaca.— Las casas huelen a humedad y las paredes tienen la huella del nivel de agua, que alcanzó dos metros de altura. Afuera, colchones, ropa, electrodomésticos y un sinfín de objetos enlodados quedaron inservibles.
Ha pasado una semana de que la tormenta tropical Narda impactó Oaxaca y aquí, en Santiago Juxtlahuaca, municipio de la región de la Mixteca, son visibles las marcas de los daños ocasionados por las lluvias.
Entre el lodo y bienes materiales que pasaron a ser desechos, María Basurto, de 33 años y madre de cuatro niños, espera sentada en el patio de su hogar a que el sol seque sus colchones para ver si aún sirven.
Con tristeza al observar que perdió todas sus pertenencias, recuerda aquella mañana del 29 de septiembre cuando los dos ríos de Juxtlahuaca se desbordaron y el agua los alcanzó. Tuvo miedo, platica.
“Nos despertamos desde las siete de la mañana. El agua que se desbordó del río y la que venía del otro lado se juntaron, fue cuando nos dimos cuenta de que no podíamos salir, por lo que sólo pudimos sacar a los niños, las cosas se quedaron”, cuenta.
Ella, sus niños, su tía y cinco sobrinos corrieron juntos hacia el centro de este municipio mixteco para salvar sus vidas.
Antes de la tormenta, María trabajaba en una tortillería, con lo que obtenía ingresos para su familia; hoy se dedica a la limpieza de su casa para rescatar lo que todavía pueda servirle.
Su historia se repite con cada uno de sus vecinos de la colonia La Soledad, una de las más perjudicadas por el desbordamiento de los ríos Mixteco y Santo Domingo.
Eréndira Vega, profesora, limpia su casa impregnada de humedad; al entrar es visible la marca del agua en las paredes que alcanzó los dos metros de altura.
A una semana de las lluvias, las tres familias que viven en este hogar perdieron sus bienes. Hoy viven con su vecina mientras limpian su vivienda: “Muebles, todas las camas, la estufa, la lavadora ya no sirven; hubo muchas pérdidas, la ropa, cobijas, comida”, platica.
Los daños. Aquí en Santiago Juxtlahuaca, municipio distante a 253 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, 450 familias resultaron afectadas por los daños que se registraron en 300 viviendas, las cuales se inundaron por los efectos de Narda.
Las lluvias dañaron también 23 caminos rurales y 500 hectáreas de cultivo de maíz, de acuerdo con el presidente municipal, Nicolás Feria Romero.
Las colonias más perjudicadas son La Soledad, Las Américas, La Esperanza y el barrio de Santo Domingo, donde la mayoría de sus habitantes duermen en sus casas pese a los daños. Alrededor de 90 personas son atendidas en los dos albergues habilitados por el ayuntamiento de este municipio.
Tras la emergencia, el Ejército Mexicano desplegó a sus elementos para aplicar el Plan DN-III y hasta ahora las familias sólo han recibido el apoyo de la autoridad local y de la Coordinación Estatal de Protección Civil de Oaxaca (CEPCO), por lo que piden la ayuda de los gobiernos federal y estatal.
De igual forma, el munícipe solicita a la Federación la declaratoria de desastre para Juxtlahuaca, para acceder a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y atender a la población damnificada.
Después del paso de Narda, el gobierno de Oaxaca calcula unos 122 municipios dañados en las regiones de la Mixteca, Sierra Sur y Costa, por lo que pide a la Federación la declaratoria de desastre.
Hasta ahora, sólo 21 municipios, incluyendo Juxtlahuaca, han sido declarados en emergencia. Ayer se solicitó incluir a otros 49.