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Chilpancingo.- La mañana de este martes, fueron hallados dentro de la cajuela de un taxi los cadáveres de dos hombres y una mujer decapitados, sobre el bulevar Vicente Guerrero, al norte de Chilpancingo.
De acuerdo al reporte policiaco, alrededor de las 9 de la mañana, sobre el bulevar Vicente Guerrero a la altura de la colonia Lázaro Cárdenas, fue hallado el taxi con número económico 450 abandonado.
Tras una revisión, fueron hallados en la cajuela los cadáveres de una mujer y dos hombres.
Los tres cadáveres estaban decapitados, con las manos amarradas hacia atrás y también los pies.
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Cabe recordar que la madrugada del 7 de julio, en el kilómetro 285 de la Autopista del Sol, a la altura del puente Alquitrán y de la comunidad de Mazatlán, en Chilpancingo, fueron halladas cinco bolsas negras de plástico con los restos de tres cadáveres desmembrados.
Junto a las bolsas había dos cartulinas con mensajes que decía: “por andar extorsionando y andar robándole a la gente sus propiedades”.
De acuerdo a los reportes, uno de estos cadáveres corresponde a una mujer.
El 14 de febrero en Chilpancingo las organizaciones criminales Los Ardillos y Los Tlacos pactaron una tregua.
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La tregua se pactó después de diez días en que Chilpancingo se hundió en otra crisis de violencia: asesinaron a siete choferes —uno dentro de su vehículo— y quemaron otras cinco unidades. La ciudad de paralizó, todo fue miedo e incertidumbre. Vino el reforzamiento con 500 soldados y policías pero los ataques no pararon: quemaron taxis y urvan, incluso, la noche del 12, un grupo armado atacó a balazos una base de urvan en la colonia Javier Mina.
La violencia la detuvo la tregua.
El director del Centro de Defensa de los Derechos de las Víctimas de la Violencia, el sacerdote José Filiberto Velázquez Florencio, aseguró que fue intermediario para que Los Ardillos y Los Tlacos pactaran la tregua.
Aunque, aclaró que aceptaron firmarla para proteger sus propios negocios.
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Velázquez Florencio explicó que tanto Los Ardillos como Los Tlacos han esparcido por todo Chilpancingo negocios lícitos que van desde la distribución de carne de res, de puerco, pollo, refresco, cerveza, hasta bares, centros nocturnos y, por supuesto, el transporte público.
“Más allá de las ganancias esperadas por la venta de drogas, ellos manejan clubes nocturnos, bares y demás cosas que reditúan y el transporte también, ahí también tienen una ganancia”, explicó el sacerdote.
Con estos hechos, puede que la tregua haya terminado.
jf