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Encruzados, flagelación que atrae al turismo

Cargando varas con espinas viven Semana Santa en Taxco; agradecen a Dios con sacrificio y procesión durante siete horas

Hombres encapuchados con el torso y los pies desnudos participan en la Procesión de los Penitentes o Encruzados, atándose varas de espinas en la espalda como símbolo de fervor religioso. FOTO: SALVADOR CISNEROS/ EL UNIVERSAL
20/04/2019 |03:34
Redacción
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Taxco.— Son las 8:00 de la noche del jueves y este hombre está listo para salir y convertirse en un encruzado, como desde hace 50 años, cuando era un adolescente de 17 años.

Minutos antes, en el museo Casa Borda, voluntarios lo ayudaron a enredarse  en la cintura  el cabestro (una reata) que le servirá de soporte para aguantar el rollo de varas de zarzamoras con espinas. Se colocó el capirote (una capucha) y salió a que le amarraran el rollo de varas. Este hombre tiene 67 años y el paso de los años le ha dejado huellas en su cuerpo: piel flácida, barriga abultada y espalda encorvada.

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Lo hace, dice, para agradecer a Dios lo que le ha dado y para hacerle muchas peticiones, como el fin de la violencia y la corrupción.

Cuatro siglos de tradición. Los encruzados son una tradición que se ha mantenido por más de 400 años, de generación en generación, y este 2019 es una muestra. Al lado del señor de 67 años, también hay jóvenes de 20, 30 y hombres de 40 y 50.

La conmemoración de la Semana Santa domina los días y noches de Taxco: las calles son ocupadas por los encruzados, los flagelantes, los encorvados y las ánimas. Son días en los que la tensión de la ciudad está —literalmente— en sus hombros, en sus manos, en sus pies.

La conmemoración de las últimas horas de vida de Jesucristo acá en Taxco se viven de forma intensa. Apenas a las de las 6:00 mañana del viernes terminó la procesión de los Cristos, unas 100 imágenes traídas de las comunidades y colonias de Taxco recorrieron las calles. La procesión comenzó a las 10:00 de la noche del jueves: fueron casi siete horas de caminata, de flagelación, de sacrificio.

La intensidad dura unas 48 horas de rezos, flagelación, caminatas.

Ahora, es el mediodía del Viernes Santo. El clímax de la conmemoración religiosa. El zócalo de la ciudad es un hervidero, el bullicio no permite escuchar a nadie y nada. De la iglesia de Santa Prisca sale la Procesión de las Tres Caídas, la que justo recordará la muerte de Jesucristo.

Los encruzados, los penitentes, los encorvados y las ánimas se enfilan para comenzar con la procesión. El calor comienza a irradiar.

Los encruzados, todos, cargan en los hombros con las manos extendidas un rollo de la varas de zarzamora que pesa hasta 45 kilogramos, como repitiendo la posición de la crucifixión. Van descalzos, con el rostro cubierto con un capirote y una falda, ambos color negro. Recorrerán unos tres kilómetros. La última vez que se hizo un registro, hace un par de años, fueron 500 los participantes en esta conmemoración.

Un integrante de la Hermandad de los Encruzados explica que deben mantener su anonimato: importa el ofrecimiento, no la persona.

La Hermandad de los Encruzados es una de las cinco hermandades reconocidas por la Diócesis Chilpancingo-Chilapa. Son unos 80 sus integrantes, quienes se preparan durante el año física y espiritualmente.

“Sobre todo la preparación es espiritual, debemos mantenernos bien durante todo el año, no sólo esta semana, en lo físico procuramos mantenernos bien de salud”, explica.

Esta conmemoración de Taxco tiene unos 400 años. Hay registros de que la primera procesión ocurrió a inicios del año 1600. Fue el fraile franciscano fray Sebastián de la Madre de Dios, quien se flageló para conmemorar la muerte de Jesucristo.

Pero llegó la guerra cristera, cuando en el país durante más de tres años se enfrentaron creyentes religiosos y militantes del gobierno de Plutarco Elías Calles por la limitación de los cultos religiosos.

Fueron años en los que los encruzados sólo ofrecían sus sacrificios en los atrios de las iglesias. Hasta finales de los 40 volvieron a las calles. Desde entonces, durante 70 años la conmemoración no se ha suspendido.

Pero en la década de los 50, la conmemoración sufrió una variación, se agregó la disciplina. La disciplina es la flagelación, golpearse repetidamente en la espalda con una reata en cuya punta tiene clavos. Cada golpe arranca pedazos de piel.

Los golpes, la flagelación ha convertido a esa conmemoración en mayor atracción, incluso, es una de las mejores formas para atraer a los turistas, para este viernes en Taxco no había ninguna habitación disponible.

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