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Un conflicto familiar mantiene en vilo a dos adultos octogenarios en Tijuana, Baja California. Mientras José Antonio Reynoso Ibarra de 82 años podría ir a la cárcel, acusado de violencia familiar, Graciela Aceves Félix , su esposa quien padece demencia senil, está involucrada en un proceso legal que merma, aún más, su salud.
Desde de marzo de 2017 existe una denuncia y orden de aprehensión en contra de José Antonio Reynoso Ibarra; se le acusa de agredir física y psicológicamente a su esposa de 80 años, diagnosticada con demencia. De proceder la aprehensión José Reynoso sería la persona más longeva en ir a prisión por los cargos que se le imputan.
Pese a que el nuevo sistema penal acusatorio protege a los adultos mayores, identificándolos dentro de los grupos vulnerables, José Reynoso Ibarra podría quedar exento de ir a prisión; sin embargo el juez del caso podría dictar prisión domiciliaria o alguna otra medida cautelar.
En el entramado legal que están envueltos estos dos ancianos alcanza a dos hijos del matrimonio, quienes son los que han tomado partido por cada uno de sus progenitores.
José Antonio Reynoso Aceves, el hijo mayor, cuenta a EL UNIVERSAL que el hecho es “insólito, absurdo e ilegal”, pues asegura que no es posible que, después de 50 años de matrimonio, “un hombre de avanzada edad que padece afecciones cardíacas y con 15 % de agudeza visual –por cataratas- tenga una orden de aprehensión” por cargos de violencia familiar.
Asegura que su hermano menor, Bernardo, es responsable de la denuncia ya que, “manipuló” a su madre y planea declarar demente a su padre con el propósito de quedarse con la casa del matrimonio. “Es una persona que nunca ha trabajado y en sus 52 años siempre ha vivido de mis padres ”.
El también profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Baja California asegura que desde hace más de un año se hace cargo de su padre luego que su hermano Bernardo trato de golpearlo. “Le dijimos a mi papá no vas a regresar ahí porque este te va a matar”, pero hasta la fecha “el ministerio público nunca ha dado trámite a la denuncia de lesiones presentada”. Por esa misma razón, el abogado dice temer por la integridad de su madre.
A la fecha ha habido dos audiencias del caso y la defensa del octogenario presentó certificados médicos que acreditan que ha sufrido tres infarto y su salud es delicada; sin embargo, en los juzgados exigen se presente a la audiencia.
Su defensa solicitó se difiriera la orden de aprehensión pues el adulto mayor ya compareció una ocasión, pero al no tener éxito la orden de aprehensión sigue vigente y no se ha concretado porque su defensa interpuso un amparo.
Contraste de versiones
Bernardo, hermano del académico, discrepa de esa versión. Asegura que el conflicto que podría llevar a su padre a prisión comenzó en 2015 y que desde entonces el hombre de 82 años pretendía separarse de su esposa. Las disputas se agravaron cuando a fines de 2016, su madre Graciela lo contactó por teléfono para decirle “tengo miedo de que tu padre me vaya a matar ”.
Al llegar a la casa de sus padres, Bernardo dice que se percató que su hermano José, de 54 años, estaba instalado en la casa de sus padres y agredía físicamente a Graciela. Por ello, asegura, dejó su vivienda en San Diego y se mudó a la vivienda para cuidar la integridad de su madre.
Dice que la orden de aprehensión contra su padre se levantó de oficio, luego de que nueve agentes ministeriales llegaron para desalojarlo, pero la ministerio público Irma Hernández Monje determinó “levantar una denuncia por violencia familiar, omisión de cuidado y violencia económica contra mi padre”. Agrega que ha presentado 78 audios y 17 videos en los que se puede apreciar la actitud violenta del hombre de 82 años.
“Ya destrozó con un martillo la puerta de la habitación de mi madre”.
Bernardo reconoce que hay cinco denuncias en su contra por privación ilegal de la libertad, en perjuicio de su padre, así como de agresiones físicas, pero dice que fue su hermano quien ha movido sus influencias ya que fue juez municipal en Tijuana y ha intentado hacerlo apresar, meter a su madre a un asilo y quedarse con la casa de sus padres.
“Yo no estoy en contra de mi padre, yo estoy a favor de qué dejen en paz vivir a los dos viejitos”, asegura.
Mientras tanto, será en la próxima audiencia del 22 de noviembre donde se podría decidir si Reynoso Ibarra llegará a prisión a sus 82 años.
Según cifras del Instituto Nacional de Personas adultas Mayores (INAPAM), México tiene cerca de 13 millones de adultos mayores, lo que representa el 10% de la población.
Hasta 2014, la Fundación para el bienestar del adulto mayor, estimaba que alrededor de 1.7 millones de adultos mayores en México fueron víctimas de violencia física y psicológica; actualmente los números van en aumento.