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Salvatierra, Gto.— Antonio de Jesús Sánchez Pérez es uno de los 12 jóvenes asesinados el domingo en una posada en la exhacienda de San José del Carmen.
Su padre, Antonio Sánchez, cuenta que su hijo tenía 26 años y era contador público egresado de la Universidad de Guanajuato.
“Y acabamos de ir a San Diego, California, a certificarnos para efectos internacionales. Y todos esos talentos, de estarlo preparando desde niño, se fueron con su vida porque era un muchacho de bien”, lamenta el padre durante el velorio.
Recuerda a su hijo como un joven amoroso, que practicaba varios deportes y estaba muy apegado a las actividades de la Iglesia católica. Junto a su familia, se dedicaba a ayudar a personas desprotegidas.
“Entonces, por todas esas cosas, trae el dolor uno cargando y no se vale lo que les hicieron. No sabe uno ni a quién reclamarle. Hay mucha impotencia”, enfatiza.
“Yo le decía a mi hijo que ya estaba preparado para ir a donde quisiera volar. Si quería irse al extranjero, ya estaba preparado, pero a él le gustaba el despacho”, afirma.
Don Antonio dice que su hijo quería especializarse en agricultura, pesca, ganadería y fruticultura “él veía muchas injusticias con la gente del campo y con los agricultores; entonces, lo que quería era prepararse más para ayudar a la gente de la región”.
Traían chalecos verdes
Poco a poco se van dando a conocer los detalles de lo ocurrido durante el ataque en el que murieron 12 jóvenes y 11 más resultaron heridos.
“Yo estaba adentro y nomás vi que entraron los sujetos con chalecos verdes y con cuernos de chivo y rafaguearon a todos”, dice a EL UNIVERSAL un testigo que no da su nombre por seguridad.
Platica que los criminales no ingresaron por la puerta de acceso al casco de la hacienda, sino que pudo ser por una apertura que hay en la barda perimetral que está sobre la carretera Salvatierra-Cortázar.
“Esos venían con chalecos verdes y yo siento que entraron por acá y venían apuntando”.
Señala que las víctimas no fueron asesinadas en el jardín, sino en la parte interior del edificio principal, que regularmente es rentado para fiestas. Dice que se alcanzó a esconder para no ser asesinado.
“Cuando se fueron los tipos me acerqué y ya había un tiradero de gente. Unos ya estaban muertos y otros gritaban para pedir ayuda”, recuerda, mientras personal de la Fiscalía aseguraba tres vehículos abandonados en el interior del casco de la hacienda.
Domina el miedo
Los velorios de las víctimas iniciaron ayer en casas y funerarias de Salvatierra. Las familias prefirieron no hablar. Dicen que tienen miedo de sufrir represalias por parte de los criminales, quienes se dieron a la fuga.
En las calles solamente tiene presencia la Policía Municipal, misma que, con una sola patrulla y dos elementos, resguardaba ayer el hospital público donde se encuentran los lesionados.
Seis heridos dejan el hospital
El alcalde Germán Cervantes Vega informó que de los 11 jóvenes lesionados sólo cinco permanecían ayer hospitalizados. Explicó que tres fueron dados de alta por mejoría y tres más pidieron alta voluntaria.
“Solamente están en seguimiento médico cinco jóvenes; ninguno de gravedad”, reiteró.
Sobre las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que los hechos están relacionados con el consumo de drogas, el alcalde expresó:
“No podemos decir una situación de esa naturaleza sin que realmente exista una investigación a fondo. Yo hoy puedo hablar por muchos de esos jóvenes, que los conozco y que son buenos muchachos. Son de familias buenas, es lo que más duele, y la tristeza que llevamos todos”.
“Somos el futuro y nos están matando”
Alejandro estaba afuera del Hospital General en espera de su turno para donar sangre para uno de sus amigos.
Considera aterrador lo ocurrido con su amigo y las otras víctimas, porque en cualquier momento puede volver a suceder.
“Nosotros somos el futuro de México y que nos esté pasando esto, pues está medio difícil, y las autoridades están para apoyarnos y no para atacarnos”, reprochó.