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Río Bravo.— Francisco Trujillo, de 79 años, soportó los calcinantes rayos solares durante cuatro horas para recibir la vacuna contra el Covid-19, y por si fuera poco, esperó una hora más sentado a las afueras del Hospital General de Río Bravo, Tamaulipas, para que tras inmunizarlo, corroborar que no presentara alguna reacción adversa.
Durante el segundo día de aplicación de vacunas en este municipio se formaron filas de más de un kilómetro de adultos mayores que tuvieron que soportar las inclemencias del tiempo; algunos protegidos con paraguas, sombreros; a otros sus familias les pudieron llevar sillas plegables.
El caos fue total desde temprana hora, pues cuadrillas de personal del sector Salud, acompañados por elementos del Ejército mexicano, se turnaban para aplicar la vacuna a personas que por diversas circunstancias no podían bajar de sus vehículos.
Sin embargo, esto ocasionó caos vehicular, pues los automovilistas se estacionaron en doble fila y utilizaron las orillas de esta arteria.
La queja generalizada fue que no se estaba respetando el registro que hicieron vía internet; incluso que había personas de Reynosa que recibieron la vacuna, pese a que no les correspondía.
José Moncada, coordinador municipal de Programas Federales, informó que tan sólo para Río Bravo se destinaron 10 mil dosis del laboratorio Pfizer, pero se estaban aplicando 2 mil vacunas diarias, pues el Hospital General no contaba con un sistema de refrigeración adecuado.
Martha Balderas, de 66 años, no pudo ocultar su molestia, pues tras cuatro horas de hacer fila se corría el riesgo de que no pudiera ser vacunada contra el Covid, debido al gran número de personas que acudieron, según dice, de otros municipios.
“Tenemos nuestro folio, nos registramos en línea y no sirve de nada porque ni nos hablaron para darnos una cita y al llegar aquí resulta que hay personas que no se registraron y ya recibieron la vacuna. Tienen personas de muy avanzada edad en el sol, lo cual es inhumano aunque les dan agua y refrescos”.