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Santa María Atzompa.— Entre escombros, basura, láminas y gallinas vivían los 63 indígenas tzotziles, de ellos 56 niños y adolescentes, víctimas del delito de trata de personas y que fueron rescatados el fin de semana en Oaxaca.
En lo que pareciera una casa común, edificada en la colonia Samaritana del municipio de Santa María Atzompa, a cinco kilómetros de la ciudad de Oaxaca, dormían al interior en condiciones insalubres los niños originarios de Chiapas, quienes eran explotados laboralmente en los cruceros de la capital del estado y zona conurbada, según la fiscalía general del estado.
Cuartos de lámina vieja y de cartón, techos de lona, tendederos de ropa de diversas tallas, con piso de tierra invadido de tabiques, era su hogar improvisado en el patio de una vivienda de concreto.
Luego del operativo de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), dependiente de la fiscalía de Oaxaca, afuera de la vivienda cinco policías estatales y municipales resguardan el inmueble, mientras en el interior se observan las huellas de la explotación infantil.
Los 56 niños, entre ellos seis menores de dos años y siete mujeres adultas, quedaron bajo el resguardo del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Los agentes estatales también detuvieron a 11 presuntos tratantes.
Eviten revictimizar. Después de este hecho, cruceros de la capital de Oaxaca y municipios cercanos se observan sin ninguna presencia de niños y adolescentes que hasta la semana anterior se dedicaban a vender diversos productos a los automovilistas y a pedir dinero, luego de hacer prácticas de payaso y malabarismo.
EL UNIVERSAL recorrió ayer los principales cruceros de la ciudad, como bulevar Manuel Ruiz y Violetas, esquina con Belisario Domínguez y con Escuela Naval Militar, así como en el cruce del Monumento a la Madre, y constató que no había niños laborando.
Al respecto, el director general de la asociación civil Centro de Apoyo al Niño de la Calle (Canica) en el estado, Rafael Bucio Escobedo, pidió a las autoridades de procuración de justicia llevar un debido proceso, en el cual eviten revictimizar a los menores de edad y se les garantice la protección de sus derechos.
“Esperemos que sea una intervención muy cuidadosa, justamente para no revictimizar a estos niños, que se puedan reintegrar lo más pronto posible a sus familias, o en el caso de que sus mismas familias hayan sido parte de esta posible red de trata de personas, que se puedan reintegrar a sus comunidades con otros miembros de su red familiar que puedan tener a los niños en mejores condiciones de vida”, solicitó.
El rescate de los 63 tzotziles ocurrió seis meses después de que la fiscalía de Oaxaca reconociera que abrió una carpeta de investigación por el delito de explotación laboral infantil, que incluía el caso de más de 50 niños chiapanecos.
En entrevista con EL UNIVERSAL en esa fecha, el titular de la Fiscalía Especializada en Atención de Delitos de Alto Impacto, Juventino Pérez Gómez, justificó la falta de actuación para rescatar a las víctimas de trata de personas, al considerar que no habían resuelto qué pasaría después con ellas.