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Arriba, sobre la superficie de Morelos, el sismo del pasado 19 de septiembre provocó daños materiales en 17 de los 33 municipios. Abajo sacudió las capas subterráneas y modificó caudales de manantiales, provocando fracturas; cambió el color del agua y, en algunos casos, los veneros brotaron en otros lugares.
La variación abrupta impactó en 15 de los 46 balnearios del estado, uno de los mayores atractivos turísticos de Morelos, y provocó mermas económicas en esta industria que atrae al 16% de los visitantes al estado, según cifras oficiales.
Por eso, cuando Eric Morales Casique, del Instituto de Geología (IGL) de la UNAM, declaró que “ese movimiento (el sismo) puede originar cambios en la estructura del subsuelo, crear nuevas fracturas y obstruir las que ya existían”, las autoridades estatales buscaron apoyo de los especialistas para saber el origen de la disminución de agua en algunos de los 160 manantiales de Morelos.
Lo primero que documentaron fue que al paso del terremoto algunos manantiales arrojaron agua con tierra, y eso significó un mal augurio porque presagió la posibilidad de una fractura de las capas del subsuelo y la infiltración de tierra. Lo que siguió tras ese evento fue una disminución paulatina de su aforo hasta que el venero quedó seco, como en el caso del balneario Palo Bolero, situado en el municipio de Xochitepec.
En otros, como Agua Hedionda, el venero principal se redujo a una pequeña poza de donde actualmente extraen el agua sulfurada con bombas para llenar dos albercas.
La conclusión de los investigadores de los institutos de Geología, Geofísica, y Geografía de la UNAM, así como del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Ejecutiva de Agua en Morelos (Ceagua) es que el terremoto alteró el curso de los afluentes y afectó el volumen de agua en algunos manantiales.
Los veneros de Agua Hedionda, Palo Bolero y San Ramón, situados en Cuautla y Xochitepec, respectivamente, son los más perjudicados, pero hay otros 12 que también resultaron dañados por el terremoto, afirmó la secretaria de Turismo en Morelos, Mónica Reyes Fuchs.
Juan Carlos Valencia Vargas, titular de Ceagua, dijo que realizarán estudios de geofísica con aparatos especiales para hacer una “radiografía” del subsuelo, con sondeos eléctrico-verticales, y ubicar cómo está el sistema de venas que llevan agua.
Valencia Vargas cuenta que la ausencia de algunos manantiales también ocurrió en el terremoto de 1985 cuando hubo un levantamiento de las capas geológicas, pero bastó con rascar a mayor profundidad para encontrar las fuentes.
“Con el paso del tiempo recuperaron su caudal original, pero si con este sismo hubo fracturamiento de las capas es casi imposible recobrar los manantiales”, advierte.
Agua Hedionda. Este balneario de aguas sulfurosas se encuentra en Cuautla y data de 1928, cuando comenzó a operar como poza. En esta administración llevaba un crecimiento de 48% en visitantes e ingresos, pero el 19 de septiembre cerró por la disminución drástica del volumen de agua del manantial.
El director general del Fideicomiso del balneario, Juan Carlos Pascual, afirma que abrirán la última semana de octubre y llenarán la alberca grande a partir de la primera semana de noviembre, pero se requiere de 2.6 millones de litros de agua y otro 1.6 millones de litros para una alberca mediana. Esa cantidad es casi imposible de obtener en las condiciones que quedó el manantial porque arroja 20 litros por segundo, con ayuda de una bomba de cinco caballos de fuerza.
“Tuvimos una afectación importante porque traíamos históricamente 875 litros por segundo y los estudios que hemos hecho con ingenieros especializados nos dicen que se puede lograr un aforo de hasta 200 litros por segundo, pero tendríamos una baja importante”, dice Pascual.
En el supuesto de que el manantial no se recupere se tiene considerado implementar una reingeniería para llenar esta y otras albercas para evitar el cierre y el desplome económico de las regiones, afirma el titular de Ceagua, Juan Carlos Valencia.
En los estudios del manantial también participó el radiestecista Sergio Hernández Llera, quien dijo que con la ayuda de sus metales detectó 240 radiaciones de aguas subterráneas en el cruce donde brotaba el líquido hacia la superficie.
Para mitigar la merma económica en la industria de balnearios y parques acuáticos, la secretaria de Turismo, Mónica Reyes, anunció las campañas publicitarias “Ven a Morelos” y “AMorelos”.
Asimismo, comunicó que la Secretaría de Economía ofrecerá créditos con un interés de 4% a dueños de haciendas y balnearios con daños. El préstamo podrá ascender hasta 500 mil pesos.