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En menos de 30 días, 11 víctimas de fuego cruzado

Adicional a la autopsia, la procuraduría les hizo prueba de rodizonato de sodio y comprobó que no dispararon

Emboscada. En Nuevo Laredo, el sábado 24 de marzo el fuego cruzado alcanzó el vehículo donde se transportaba una familia. (ARCHIVO EL UNIVERSAL)
14/04/2018 |01:58Redacción |
Redacción El Universal
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En las últimas tres semanas, 11 personas han muerto, al quedar en medio del fuego cruzado durante enfrentamientos de grupos criminales y corporaciones de seguridad en Tamaulipas.

El caso más reciente ocurrió el miércoles pasado en la colonia Petrolera, de Reynosa, donde fallecieron seis personas.

La Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas (PGJT) informó que se realizan las investigaciones para establecer las circunstancias en que murieron. Detalla que con base en las primeras investigaciones, tres de las víctimas trabajaban en una empresa de la zona y tres eran miembros de una familia, quienes se encontraban en la calle al momento de una confrontación armada entre grupos delincuenciales.

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Una de las primeras pruebas practicadas a las víctimas, adicional a la autopsia, fue la de rodizonato de sodio, la cual dio negativo, por lo que se determinó que no dispararon arma de fuego y no eran parte del enfrentamiento.

La Comisión Estatal de Atención a Víctimas ofreció dar asistencia legal, médica, sicológica y social a los familiares de los afectados, a quienes ya fueron entregados los cuerpos.

En Reynosa, el 25 de marzo, policías estatales pidieron apoyo cuando fueron emboscados por presuntos delincuentes que iban en una camioneta GMC Sierra.

En el libramiento Monterrey a Matamoros, a la altura de la colonia Condado del Norte, una mujer que iba en su vehículo, perdió el control del automóvil al quedar en medio del fuego cruzado y se impactó contra un poste.

Junto a los fierros retorcidos quedó sin vida el cuerpo de la joven madre. Portaba un pantalón azul y blusa roja. Producto del choque, su hija fue trasladada por policías a un hospital.

En ese instante, su otro hijo fue protegido por uno de los policías estatales, quien colocó su arma de cargo con un tripié en el pavimento y lo abrazó cubriéndolo con su cuerpo. A los lados, otros policías los cubrían de los disparos de los delincuentes. Todo sucedió muy rápido, pero las imágenes le dieron la vuelta al mundo.

En Nuevo Laredo, la noche del sábado 24 de marzo ocurrieron tres emboscadas de presuntos sicarios del Cártel del Noreste contra elementos de la Secretaría de Marina.

En el fuego cruzado también fue alcanzado el vehículo donde se trasladaba una familia de cuatro miembros, quienes presuntamente se dirigían a su casa, en la colonia El Nuevo Progreso.

En el interior de un carro Buick color azul quedaron los cuerpos de una señora de 28 años de edad, y sus hijas de 6 y 4 años, respectivamente. Un hombre adulto sobrevivió y fue trasladado a un hospital para su atención médica. Posteriormente falleció.

Varios días después la Semar admitió la responsabilidad en estos hechos: “Tras analizar los indicios balísticos, sus trayectorias, el tipo de armas y la ubicación de vehículos involucrados se concluyó que el vehículo donde se trasladaba la familia quedó bajo el fuego aéreo que desplegó un helicóptero de la Marina”.

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