Chilpancingo.— En menos de 24 horas, la violencia en Acapulco dejó un saldo brutal: nueve personas asesinadas, tres de ellos, por lo menos, choferes de camiones de la ruta Base-Caleta.
La jornada de violencia comenzó a las 10 de la noche del jueves en la colonia La Cima, en la entrada del puerto.
Civiles armados se enfrentaron a balazos con el Ejército cuando los militares descubrieron que los armados pretendían abandonar una camioneta con cuatro cadáveres desmembrados.
En la huida, los hombres armados estrellaron uno de los autos en que viajaban en una tienda de autoservicio; uno de ellos quedó herido.
Una fuente del Servicio Médico Forense (Semefo) informó que hasta las seis de la tarde habían sido identificados tres de los cuatro cadáveres desmembrados y correspondían a choferes de la ruta Base-Caleta.
Hasta el cierre de esta edición, ni la Fiscalía General del Estado, ni la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero ni el ayuntamiento de Acapulco habían informado sobre este hecho.
La violencia en Acapulco se intensificó contra los transportistas: del 7 de octubre al 11 de noviembre han sido asesinados siete choferes; uno más fue privado de su libertad y dos camiones fueron quemados.
Además, a las ocho de la mañana fue hallado un hombre muerto en el poblado de Carabalí; horas más tarde, un comando atacó una camioneta en el fraccionamiento Las Anclas, donde murió una mujer.
A las dos de la tarde, en la colonia Niños Héroes en la periferia del puerto, fue hallado un hombre muerto a balazos dentro de un automóvil, y dos horas después, en la colonia Las Cruces, fueron asesinados dos sujetos más. Uno quedó a un costado de un sitio de taxis.