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estados@eluniversal.com.mx
Tijuana.— Viajaron casi un mes. Cruzaron a pie parte de México, pasaron hambre, frío, se quedaron sin dinero, recibieron insultos pero también el apoyo de algunos mexicanos, llegaron a Tijuana, la antesala de su último destino: Estados Unidos, y aún sin saber qué les espera, su única certeza es que su travesía termina con la separación de su familia.
Jorge viajó con su esposa, sus dos hijos, su madre y su hermana. El jueves pasado arribaron a Tijuana después de un viaje que inició en octubre junto a una caravana que partió desde Honduras, con más de 5 mil centroamericanos a la que se han integrado otros migrantes.
Al llegar, dijo, le explotó la realidad. Nadie le dijo que cruzar y pedir asilo sería difícil, tampoco le explicaron que no sólo no podría atravesar de inmediato, sino que tendría que quedarse por lo menos hasta el próximo año y, lo más grave: que serían separados después de ser recibidos por el gobierno de Estados Unidos.
No están informados. Como Jorge, miles más no saben que su destino es la separación. La activista y abogada especializada en migración Soraya Vázquez lamentó que no haya información para los migrantes ni para la realidad a la que van a enfrentarse, piensan que el proceso será rápido y el acceso sencillo, cuando el escenario es totalmente distinto.
“Cómo van a tomar una decisión tan importante para su vida sobre entregarse o no al gobierno estadounidense, si no están informados como es debido”, cuestionó a las autoridades de los tres órdenes de gobierno durante una sesión extraordinaria del Consejo Estatal de Atención al Migrante en Baja California, “vienen con la intención de cruzar y no saben que posiblemente los van a separar y lo más grave, deportar”.
La organización Al otro Lado detalla que luego de entregarse al gobierno estadounidense y pedir refugio, continúa la segunda etapa, que consiste en una entrevista para evaluar el miedo que tienen los migrantes y, una vez terminada esa parte, serían enviados a centros en los que incluso tratándose de familias son separados.
En la garita El Chaparral, donde invariablemente terminan todos los migrantes que piden asilo en Estados Unidos, existe una lista de espera de unas 3 mil personas que llegaron en los últimos dos meses y que esperan obtener un permiso para vivir del otro lado de la frontera.
Trump vuelve al ataque. Ayer, el presidente estadounidense, Donald Trump, tuiteó: “¿No es irónico que largas caravanas de personas estén marchando a nuestra frontera, queriendo asilo en Estados Unidos porque temen estar en sus países, pero ondean orgullosamente… la bandera de sus países? ¿Es posible? ¡Sí, porque es todo un gran timo, y el contribuyente estadounidense está pagando por él!”.